¡Dale, dale Barceló!
El delantero uruguayo vive la cuarentena estudiando para coaching deportivo, mirando vídeos de Diego Maradona y partidos ‘recalentados’.
Facundo Barceló tiene el gol registrado en su mirada, se lleva bien con él. Pero además hay un detalle en particular que lo vincula al eterno rival de su club, Emelec, y es la relación de su apellido con Barcelona. EXTRA conversó con el atacante charrúa, quien toma con humor esta semejanza y opina que hubiera sido bastante “raro escuchar” su apellido cantado por sus rivales en un Clásico del Astillero.
“Es algo atípico con mi apellido y justo mi apellido que vine a Emelec.
Así es el folclor del fútbol y lo tomo con gracia, de esa chicana (bromas) en el ambiente del deporte en una hinchada con otra”, explica primero Barceló.
Y es que al menos pintoresco habría sido oír el tradicional cántico de la Sur Oscura “Dale, dale, dale Barceló” en pleno Monumental y con el bombardero azul en cancha.
“Justo se para todo cuando iba a tener a la hinchada visitante en su estadio alentándome, hubiera sido bravo eso. Obviamente me jodían que justo ese apellido y la verdad hubiera sido algo raro que el clásico rival cante una canción que lleva mi nombre. Hubiera sido lindo y lo toma con mucha risa”, sentenció.
Pero distante de ese detalle colorido, Barceló aprovecha estos días de confinamiento para finiquitar una deuda pendiente: terminar un programa de coaching deportivo, mirando el presente y futuro de su carrera.
“Empecé mi licenciatura en educación física y después por tema horarios del fútbol se me complicó. Y justo ahora decidí hacer un coaching de liderazgo deportivo que lo tenía en mente. Hace tiempo me habían invitado a participar y pensando en futuro y presente te puede ayudar para desarrollarte en el plantel con liderazgo y en su momento para técnico“, le indicó a este Diario.
Los estudios en la casa de la familia Barceló no eran negociables. Su madre, con quien tiene contacto diariamente a través de videollamadas, era docente y si quería fútbol debía encargarse de su primera responsabilidad: la colegiatura.
“La verdad siempre fui buen estudiante. El estudio en mi casa era primordial, no era negociable, era una obligación de la mano con el deporte. Hay muchos que en eso fallan y dejan el estudio y la realidad es que esa educación te da las armas para desarrollarte en un ámbito muy complicado”, dijo.
En Guayaquil, Barceló tiene a su pareja, Lucía Fernández, clave para ayudarlo a sobrellevar esta pandemia. “Al principio salíamos al supermercado, pero hoy con lo complicado que se puso todo pedimos a domicilio, tengo casi un mes sin salir de casa. Acá la tengo a mi novia cansada con documentales de Maradona, en Netflix miré la nueva serie de Barcelona y ahora la Copa Argentina del año pasado. Eso me sirve para ver algo de fútbol”, expresa el delantero azul entre risas.
“Es algo atípico con mi apellido. Así es el folclor del fútbol y lo tomo con gracia, de esa chicana (broma)”.
FACUNDO BARCELÓ
delantero de Emelec