¡AGARRA LO QUE PUEDAS!
El movimiento comercial en la parroquia dauleña va en aumento y con ello el optimismo de los habitantes. La circulación vehicular es un tema que requiere una mayor atención.
La gente sale a ‘camellar’ como si estuviera con semáforo en verde.
Están ansiosos por recuperar el tiempo perdido y el billete también.
Una mezcla de optimismo e inquietud fue el ambiente que se percibió ayer en La Aurora, parroquia de Daule, tras el segundo día de la activación del semáforo amarillo en el cantón, como parte de la emergencia sanitaria.
Los negocios comenzaron a abrir sus puertas con la esperanza de que las actividades se normalicen en los próximos meses. Sin embargo, continuaban las dudas de conductores sobre las posibilidades de circular dentro y fuera del perímetro urbano.
Los establecimientos de centros comerciales como El Dorado y plazas como La
Piazza, de
Villa Club, empezaron a surtirse de mercadería, la que pueden ofrecer hasta las
18:00.
También aparecieron los primeros clientes y personas interesadas en verificar precios y productos.
“Al menos comienza a sentirse que hay vida. Necesitamos volver a la normalidad y ojalá que sea pronto”, expresó Leonor Carrasco, quien acudió a una panadería de la Piazza de La Joya para comprar los dulces que el local dejó de preparar a raíz de la declaratoria de la crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19.
La joven, de 25 años y residente de la urbanización La Joya, aprovechó que estaba cerca a un supermercado para ‘llenar la refrigeradora’ de su casa.
“A diferencia de hace un mes, es menos el caos, no hay las extensas colas para comprar unos cuantos víveres”, opinó.
Luis Calderón, habitante de
Villa Club, espera que pronto se normalice la atención en las entidades bancarias de La Aurora, debido a que solo están activos los autobancos y sistemas electrónicos.
En el caso del joven, de 22 años, no tiene vehículo y la tarjeta de débito caducó hace un mes, por lo que ha hecho ‘malabares’ para que le presten dinero y con ello llevar el sustento a su familia.
Un mayor movimiento también se observó en la veintena de locales comerciales ubicados en el centro de la parroquia dauleña.
En el sitio funciona el taller de línea blanca y refrigeración perteneciente a Raúl Cumbe, quien desde el inicio de semana se ha dedicado a contactar a sus clientes.
“Nuestro trabajo de varios años ha permitido que retorne parte de la clientela. Esto recién comienza y vamos a poner toda la fe”, dijo el artesano.
El alcalde de Daule, Wilson Cañizares, mostró su optimismo y descartó que el cantón volverá al semáforo amarillo. “Confío en la disciplina y responsabilidad de los dauleños”, remarcó el burgomaestre.