“Uno trasnochaba con gusto”
El hombre reconoció que no le importaba amanecerse hasta las dos de la madrugada y bajar a pie el cerro, después del informativo.
“Se trasnochaba con gusto”, así empezó su relato Washington Quezada, Cheíto, quien laboró en Ecuavisa, donde era parte del noticiero Telemundo a fines de los ochenta e inicios de los noventa.
“Qué buenos recuerdos. Una hora antes de la medianoche los tramoyistas, ayudantes, camarógrafos y demás equipo de producción teníamos todo listo para el noticiero que se transmitía al filo de la medianoche”, comentó el popular camarógrafo mientras perdía su mirada en el tiempo.
Lo que recuerda de la época dorada del noticiero es el trato amable de don Alberto Borges. “Era un español más ecuatoriano que muchos... saludaba con la misma sonrisa al gerente y al conserje y su humor culto y elegante hacía que todos le tuviésemos cariño”, evocó Cheíto.
Palabras como “gandules” y “pelafustanes” se pusieron de moda gracias a Borges, conocido también como El Gallo del Cerro, y marcaron una generación que, incluso, los estudiantes de colegio de la época la usaban en su léxico juvenil y sus bromas.
Y, sin duda, era así. Muchos ecuatorianos no se iban a dormir sin el noticiero y los que pertenecemos a la década de los noventa nos amanecíamos haciendo las tareas para ver a Tania Tinoco.
EL ENCANTO
Para Cheíto, la presentadora Tania Tinoco fue la dupla ideal del noticiero. “Él, un caballero sesentón, y Tania, una joven veinteañera, tenían una química excelente”.
Tania hizo furor cuando apareció en una portada en la revista Vistazo a fines de los ochenta.
Usaba un traje de gala y sin zapatos con la frase “sexy yo”, la cual fue un éxito.
“Pero más allá de las noticias, era la forma –a ratos– ligeramente informal y la química de los dos lo que obligaba a mantenernos despiertos viendo el noticiero”, dijo.
CON EL CRISTO EN LA BOCA
El camarógrafo contó que una vez que terminaba Telemundo, los nervios invadían al equipo. La razón: bajar el cerro Santa Ana en la madrugada era cosa seria. “Varios compañeros fueron atracados por los pelafustanes y gandules de los que hablaba don Alberto, pero eran gajes del oficio”, recordó.
“A veces me quedaba armando el escenario de la novela ‘Isabella’ y dejando todo listo para la revista matinal ‘Complicidades’, pero en ese entonces uno trasnochaba con gusto”, finalizó Cheíto.
Así opina
El Gallo del Cerro era todo un caballero... Él y Tania Tinoco tenían una química excelente”.
WASHINGTON QUEZADA excamarógrafo de Telemundo