¡COF, COF! Y SE MUEREN
La gente no se toma en serio los síntomas del COVID-19, según experto.
Jaime Cordero es el último fallecido con sospecha de coronavirus en Quito. Antes que él murieron José Jacho, Darío Maldonado, Celia Cela... todos con algo en común: padecían solo una tosecita o una leve fatiga y, de repente, se desplomaron en la calle. Un fenómeno recurrente en la capital.
Según Alberto Narváez, expresidente de la Federación Médica Ecuatoriana, no existe una adecuada identificación masiva de casos, así como una estructura para atenderlos. “La población solo sabe de la tos seca y la fiebre. No hay información de los síntomas de alerta”, manifestó.
Entonces, las molestias que sienten pueden ser tomadas como un simple resfriado. Por eso, algunos no reportan su estado. Otros no reciben el tratamiento adecuado. Y continúan sus actividades, hasta que de pronto el COVID-19 se torna agresivo y los mata.
Desde el 24 de abril hasta el 13 de mayo se han levantado 16 cuerpos considerados como extrahospitalarios. De estos, tres son confirmados por COVID-19 y el resto sospechosos. Según el Ministerio de Salud, en la provincia han fallecido 114 personas contagiadas del virus hasta ayer.
Además, el Registro Civil informó que entre el 1 y el 11 de mayo se registraron 477 muertes en Pichincha, 103 más que en 2019 en el mismo período.
LOS SÍNTOMAS
Cordero, de 86 años, perdió la vida a pocos pasos de su casa, ubicada en La Gasca, norte de Quito, la tarde del miércoles. Los allegados comentaron que el hombre vivía solo. Lo vieron la noche anterior saliendo de una farmacia, ya que tenía problemas respiratorios.
El experto dijo que l os síntomas del COVID-19 pueden ser leves, pero eso no significa que no se agrave el cuadro. Y hay casos en los que de a poco la enfermedad va cerrando el paso del oxígeno a los pulmones... y es cuando, en medio de la calle, no resisten más.
“Las personas deben estar atentas a si se ponen los labios o los dedos morados, eso significa que no tienen suficiente oxígeno”, explicó.
AUN CON DIAGNÓSTICO
Hay pacientes que incluso contagiados del virus han salido a la calle y han muerto. Como José Jacho. “A mí nunca me va a pasar eso”, dijo cuando su hijo le pidió que hiciera cuarentena en una casa de campo. No lo hizo.
Según el Municipio de Quito, el hombre era paciente de COVID-19 ambulatorio, pero que no cumplió el aislamiento. Falleció el 5 de mayo.
Aunque para Narváez esto refiere también a un deficiente seguimiento de los pacientes. “Tampoco hay un buen sistema de identificación de casos, cuando ya se ve que los síntomas son más variables”, dijo.
LAS RESPUESTAS
José Guevara, parte del equipo de apoyo de la Empresa Metropolitana de Gestión Integral de Residuos Sólidos (Emgirs), señaló que están analizando los tiempos de respuesta ante estas emergencias para garantizar las normas de salubridad y la seguridad de los ciudadanos.
“El tiempo que nos lleva el levantamiento de un cadáver es de dos horas y media a tres horas”, indicó.
El funcionario también señaló que no existe desborde en la capacidad de atención de fallecidos reportados en la vía pública.
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CUERPOS con sospecha del virus han sido levantados por las autoridades fuera de los hospitales.
Así opina
Muchos no presentan fiebre, pero en el fondo no pasa oxígeno a los pulmones. Empiezan a respirar rápido y mueren ”.
ALBERTO NARVÁEZ Expresidente de la Federación Médica Ecuatoriana