¡LAURA, LEVÁNTATE Y ANDA!
CÉLULAS MADRE SALVARON A PACIENTE DE 89 AÑOS
Luchó durante dos semanas contra el coronavirus, su situación era complicada, según los médicos, pero no se dejó.
Atribuye el ‘milagro’ de su curación a Dios.
El brillo en sus ojos transmitía la emoción que sentía. Después de dos semanas de luchar contra el COVID-19 veía nuevamente la luz del día, en buen estado de salud, a sus 89 años.
Laura Rodríguez Castro estaba conmovida y agradecía a Dios y a su fe por su recuperación. Junto a ella su hija María Cárdenas, también reconocía el apoyo que recibió del cuerpo de médicos y enfermeros que la cuidaron.
“Ha sido un milagro. Cuando llegamos con ella al hospital, tras las primeras valoraciones, descubrieron que tenía los pulmones llenos de flema. El doctor me dijo que su situación era complicada y que no podía asegurarme que saliera de esta. Le dije que la amaba y le pedí su bendición”, recuerda la pariente.
El temor invadía a María. Era la tarde del pasado 28 de abril cuando su progenitora era ingresada a la clínica Alcívar. Nunca en la vida se había separado de ella, porque -según relata- jamás se había enfermado. Solo llevaba su tratamiento regular por hipertensión.
Y la posibilidad de que su madre pereciera era un segundo golpe a su corazón, porque minutos antes de que fuera trasladada al centro médico su hermano Washington, de 51 años, había sido sepultado.
Él murió el día anterior, víctima del coronavirus. “Lo atacó de manera silenciosa. Cuando se sintió mal avisó que se ahogada. Pedimos ayuda a un primo (Julio Ruano) y él fue a su casa, pero como no respondía, tumbó la puerta y lo encontró sin signos vitales”, comenta.
La muerte se suscitó el 27 de abril. El mismo día en que su padre cumplía 13 años de fallecido. “Mi papá sufrió una muerte súbita. Él tenía diabetes, al igual que mi hermano. Eso creo que le complicó su situación ante el virus”, menciona María.
Sin embargo, la dura noticia la agobiaba y su madre desconocía lo ocurrido. Los allegados procuraron reservarle el hecho para evitar que su salud se complicara.
Laura Rodríguez está a siete meses de cumplir 90 años, el 24 de diciembre. Tras darle el alta médica, recibió aplausos del personal que labora en la clínica. Estaba contenta. “Les agradezco a las personas que están haciéndome aquí compañía. No ando sola, ando con la Virgen que me cuida y mi Dios. Y ahora me llevan a casa”, expresó la mujer.
No obstante, en su hogar los cuidados se han intensificado, porque todos los demás residentes (hija, yerno y dos nietos) estuvieron contagiados y aún podrían tener algún vestigio de la enfermedad que a ellos no los golpeó como a ella.
“Mi esposo fue quien presentó síntomas, pero ha mejorado. Los demás hemos sido asintomáticos”, señala María, quien además reitera su agradecimiento a “Dios. Hemos rezado, y lo seguiremos haciendo, todos los días. Tampoco dejaremos el rosario”, sostiene.
La mujer contó que sus creencias fueron las que la mantuvieron motivada durante los momentos de angustia.
TRATAMIENTO
Horacio Drouet, médico intensivista de la clínica Alcívar, sostuvo que el tratamiento fue “muy difícil” y que a su llegada la tuvieron que asistir con oxígeno, pero no fue necesario entubarla.
El jefe de Emergencia, Andrés Puig, reiteró que ha sido “un milagro y, sobre todo, el esfuerzo del personal (...). Ella ingresó con insuficiencia respiratoria, muy mal. Ella ya respira por sí sola. En siete días se ha logrado el objetivo de salvarla. Nuestro esfuerzo ha dado frutos”.
También destacó que la paciente “estuvo positiva todo el tiempo”, no se dejó vencer por la depresión y confirmó que “en primera instancia pensamos que no iba a resistir, pero salió adelante”.
Víctor Hugo Flores, cirujano plástico, acotó que un tratamiento que se prueba en los Estados Unidos en la lucha contra el coronavirus, para elevar las defensas, es el que además se ha aplicado a la señora Rodríguez (ver infografía).