El diablo no descansa en cuarentena
Desde el confinamiento elaboran y afinan los rasgos en las máscaras de demonios y guarichas, que serán usadas para futuros eventos culturales. Ya tienen pedidos.
Los grupos folclóricos aprovechan el tiempo de cuarentena para preparar y elaborar los atuendos para presentaciones futuras. Actualmente realizan caretas que lucirán en los escenarios, entre otras prendas.
En la avenida Carlos Contreras, del cantón Píllaro, está ubicado el taller junto a la vivienda de Ángel Velasco, quien tiene más de 40 años diseñando y creando caretas de personajes de terror, entre ellas el diablo. Allí Luis y Narcisa, hijos de Ángel, observan y aprenden sobre el arte y la cultura en la confección de máscaras.
Según Velasco, quien confecciona caretas del diablo, estas son muy solicitadas para las presentaciones de grupos de danzas andinas. Por ahora elabora los pedidos pendientes y recepta otros a través de las redes sociales.
Los integrantes de esta familia, además de elaborar los diseños de las prendas para bailar, en tiempos de normalidad hacen presentaciones en eventos y en cruceros internacionales. También en la llamada ‘Ruta de los Volcanes’, donde disfrazados de demonio difunden las culturas y tradiciones de Píllaro, e interactúan con los turistas, llevándoles máscaras y atuendos para que participen y sientan la emoción de vestirse de satanás y bailar al son de la música andina. El artesano trabaja con moldes que forma con yeso o cemento, papel reciclado, cartón, engrudo hecho a base de harina (para darle estructura y forma a los rasgos), alambre, goma, cuernos reales de borrego, chivo o toro, porcelana fría y pinturas de esmalte y laca para dar el brillo final a las máscaras.
Desde agosto hasta finales de diciembre es el período cuando más les solicitan máscaras. Son para el público que participa en la diablada pillareña, fiesta tradicional que se realiza anualmente en ese cantón de Tungurahua, los primeros días de enero. El estado de emergencia no le ha impedido laborar dentro de su taller. “Tenemos entrega pendiente para un coleccionista extranjero que me solicitó diseños de los personajes de la diablada. El pedido de exportación lo estamos elaborando y va a ser entregado una vez que se normalice la restricción de movilización”, explicó.
También tiene algunos pedidos para posteriores presentaciones de grupos de danza y para locales de ventas y alquiler, entre otros clientes que solicitan sus creaciones, comentó el artesano de 65 años.
ASESORÍA POR WHATSAPP
Existen grupos como Los Piketeros que, además de bailar, son artesanos, ellos aprovechan el tiempo de permanencia en casa para elaborar sus propias caretas.
Nueve bailarines, de entre 14 a 21 años, desde sus casas y con ayuda del director de la agrupación, elaboran y afinan los rasgos en las máscaras diabólicas, guarichas y demás personajes que se presentan en la fiesta tradicional del cantón Pillaro. La labor de asesoramiento se realiza mediante WhatsApp y videollamadas.
Tenemos una entrega pendiente para un coleccionista extranjero que nos solicitó diseños de los personajes de la diablada, para su colección”. ÁNGEL VELASCO artesano de Píllaro