CON LA bendición de mamá
LOS HIJOS DE MARÍA DE JESÚS Macas Poma no se quedaron sin su bendición. Antes de cerrar sus ojos para siempre, los reunió y les pidió que tuvieran resignación y que permanezcan unidos.
Su muerte ocurrió el pasado 8 de abril y aunque nunca le hicieron la prueba para corroborar si estaba infectada de COVID-19, por los síntomas que padeció, sus familiares creen que fue una de las probables víctimas de la enfermedad, las que no constan en los registros del Gobierno como positivas.
El 1 de abril, María de Jesús, de 74 años, comenzó a sentir los estragos de la enfermedad: fiebre, tos y falta de oxígeno. Días antes, en el sector de La Chala, calles Robles, entre Chambers y la 18, suroeste porteño, algunos vecinos fallecieron con síntomas de coronavirus.
Carlos Luis Figueroa Macas, el menor de los seis hijos de María, desconoce cómo su mamá se habría contagiado, ya que desde que se declaró la emergencia sanitaria por la pandemia, ella no salía de la casa.
“Tomamos precauciones con mi madre, cuando nosotros salíamos a comprar nos colocábamos guantes y mascarillas. Al regresar nos desinfectábamos, pero durante la semana previa a su muerte en el sector hubo más de diez muertos y a algunos los recogían cuando ya estaban en descomposición”, explica.
La falta de atención médica en las casas de salud guayaquileñas fue otra de las dificultades que pasaron los hijos de la septuagenaria. “Recibió atención de un médico particular, ya que en los hospitales no nos querían atender, le recetaron un suero, pero nadie se lo quería poner. Mi madre falleció en casa rodeada de sus hijos”, lamenta Carlos. María de Jesús era oriunda del cantón Macas, provincia de Loja, y desde los 14 años se asentó en Guayaquil. “Aquí formó su hogar; mi padre falleció hace cinco años, y pese al dolor por su muerte, ella nunca dejó de ser la mujer extraordinaria que aconsejaba a sus hijos”.
ANTES DE MORIR, María de Jesús Macas reunió a sus hijos y les pidió que se cuiden y tengan resignación.