¡El que engorda es porque quiere!
Alison Quiroz entrenaba baloncesto profesional, pero la pandemia y la economía de su familia la pusieron en pausa. Ahora se ejercita con sus papás en un gimnasio improvisado en casa.
Antes de la pandemia, la familia Quiroz Quisilema tenía la costumbre de practicar deporte en conjunto. Salía a hacer bicicleta, a trotar en las mañanas y Alison, la hija mayor de la joven pareja, entrenaba baloncesto profesional en la escuela de María Tobar.
Pero todo esto se vio abruptamente suspendido, así que el padre de familia, Danilo Quiroz, tuvo una idea: montar un pequeño gimnasio en su casa, ubicada en el sector de Pusuquí, en el norte de Quito, para no perder la costumbre de entrenar en familia.
Danilo trabaja como chofer de montacargas en una empresa, así que aprovechó que unas llantas de este vehículo estaban en desuso y las convirtió en mancuernas. También improvisó una barra para hacer sentadillas con el palo de una vieja escoba.
En la pequeña terraza del hogar, Danilo, su esposa Liliana y sus hijas Alison y Tatiana se reúnen cada mañana y cada tarde para hacer todo tipo de ejercicios. Empiezan con atletismo, puesto que corren el pequeño espacio por media hora o 45 minutos.
Luego varían entre bailoterapia, pesas, aeróbicos y abdominales. “Estar sin oficio es una opción. Pero mi hija Alison tiene tanta aptitud para el deporte que no quiero que pierda su forma física, entonces hacemos esto juntos como una actividad familiar”, comentó Quiroz.
A causa de la emergencia sanitaria, el padre de familia está trabajando de forma ocasional, aunque su salario lo recibe mensualmente. Y su esposa, Liliana, estaba estudiando Gastronomía, pero sus clases quedaron en pausa. “Les ofrecieron recibir clases por internet, pero ella es de la vieja escuela y prefiere hacerlo presencial, así que retomará cuando todo esto acabe”, indicó.
Es por eso que crearon un pequeño negocio. Liliana cocina platos típicos y los vende por internet, mientras que Danilo se encarga de hacer las entregas a domicilio. Y, entre risas, confesó que ellos ‘pecan’ con esos deliciosos platillos de vez en cuando, pero las calorías que ganan las pierden en su pequeño gimnasio al aire libre.
Los vecinos de Pusuquí han empezado a seguir este ejemplo deportivo. Y es que a la vista del barrio, en la terraza, los Quiroz Quisilema se han convertido en un ejemplo y hasta en entrenadores de algunos curiosos que, desde sus ventanas y balcones, siguen las rutinas.
La misma basquetbolista María Tobar, quien reside a una cuadra de la casa Quiroz, difundió varios videos de los ejercicios de esta familia.
“El que se engorda es porque quiere”, rió Danilo. Tiene previsto, una vez que termine la emergencia, retornar a su pequeña de 12 años a la academia de Tobar, aunque la familia primero deberá reunirse para conversar sobre su situación económica.