¡Agredidos por hacer su ‘camello’!
Los agentes del orden aún temen defenderse, a pesar de que existen reformas en el COIP que dejan constancia que los uniformados pueden hacerlo, siempre y cuando justifiquen legalmente su actuación.
Las imágenes de su hija, de 3 años, y de su esposa, fueron las primeras en cruzar por la mente de Joffre Ramos Burgos cuando, en cumplimiento de su deber, por poco pierde la vida.
Él tiene 32 años y es agente de la Comisión de Tránsito del Ecuador (CTE). El pasado 27 de junio, en el cantón Playas, en Guayas, fue atropellado y arrastrado sobre el capó de un vehículo, por una persona que hizo caso omiso a sus órdenes.
El hecho se viralizó en redes sociales, pues circuló un vídeo en el que se observa la acción, desde que pide información al conductor, quien aparentemente era un taxista informal, hasta que se suscita la agresión.
“Lo vimos que cogía un pasajero, le pedí documentos y no me los quiso dar. Luego, para sancionarlo me puse delante del carro, pero el señor me amedrentaba presionando el acelerador”, recuerda el uniformado.
Después el individuo supuestamente realiza maniobras para buscar la forma de evadirlo,
“hasta que me tiró el carro encima. Terminé en el capó. Me llevó más de 10 cuadras sobre el vehículo. Le pedía que detenga la marcha, pero no hacía caso”, sostiene Ramos.
El agente de la CTE añade que cayó del automotor cuando el chofer hizo una maniobra para presuntamente lanzarlo a la calzada, por donde afortunadamente no pasaban vehículos.
Y Ramos no ha sido una excepción durante la pandemia, pues en las filas policiales también se han suscitado ataques a sus uniformados, tanto así que, en apenas tres meses, 500 han sido agredidos (ver infografía).
Uno de los casos más sonados, y que también circuló ampliamente por redes sociales, fue el ataque al cabo Jefferson Jiménez y al sargento Magno
Perugachi, suscitado en la parroquia Virgen de Fátima, del cantón Yaguachi, también en Guayas.
Al primero le lanzaron una piedra en el cráneo y resultó con lesiones que le generaron diez días de incapacidad, mientras que al segundo, tras ser golpeado con un palo en la cabeza, terminó con una afectación de cuatro días para ejercer sus labores.
Los gendarmes fueron atacados el pasado 12 de mayo por un grupo de personas que buscaba evitar la detención de un sospechoso.
Sin embargo, a pesar de su resistencia, el individuo fue aprehendido.
Los agentes policiales son quienes registran más agresiones en el país, sobre todo por el temor que sentían al ser sancionados por responder a los ataques, a pesar de que en sus reglamentos constaba ya el uso progresivo de la fuerza.
Ahora, desde que el 24 de junio pasado entraran en vigencia las reformas al Código Orgánico Integral Penal (COIP), que fueron aprobadas por la Asamblea Nacional, ese respaldo a los uniformados consta en la ley, según explica César Peña Morán, fiscal de Guayas.
“En el artículo 30.1 se establece el cumplimiento del deber legal al amparo a su misión constitucional, en protección de un tercero, propio o ajeno. Es así que podría ocasionar lesiones o incluso la muerte de un sospechoso, siempre y cuando se cumplan ciertos requisitos”, señala.
El funcionario precisa que son tres los puntos a cumplir: “Uno: que se realice en actos de servicio o como consecuencia del mismo. Dos: que para el cumplimiento de su misión constitucional, dentro de su procedimiento profesional, observe el uso progresivo, proporcional y racional de la fuerza; y tres: que exista amenaza o riesgo inminente a la vida de alguien o de un bien jurídico”.
Peña sostiene que ese tipo de actuación es respaldada también si el servidor se encuentra fuera de horario, pero procede en
“cumplimiento de su misión constitucional, que es proteger”.
RECOMENDACIÓN
El jefe de la Unidad Judicial de la CTE, coronel Martín Saquicela, menciona que la institución capacita a los uniformados con cursos en áreas judiciales, psicológicas y de recursos humanos.
“Se realizan operativos en conjunto con la Policía Nacional y Fuerzas Armadas”, indica el oficial.
Saquicela agrega que los oficiales han dado indicaciones a sus subalternos de no colocarse delante de los vehículos cuando están en procedimientos, ya que esto es poner en riesgo sus vidas.