Las exigencias para volver a laborar
Rentería informó que a cada una de las sexoservidoras, para poder trabajar, se les exige que presenten el carné de salud actualizado, además de una prueba de COVID-19 que haya dado negativo.
En el sitio ayer se habilitó un punto médico en una de las esquinas, donde las mujeres podían practicarse un test rápido en caso de no contar con uno. A cada momento, en dicho espacio fue común ver a muchas trabajadoras sexuales sentarse a esperar que una enfermera les extraiga una muestra de sangre para cumplir con dicho requisito.
A las féminas también se les debe medir la temperatura a su ingreso al centro de prostíbulos y también deben ser rociadas con alcohol. Ambos procesos se repiten también con cada usuario.
En tanto, otra escena repetida fue ver a varios de los celadores del lugar rondando ambas alas de la 18 para solicitar a los clientes que mantengan el distanciamiento social y verificando que ninguno se saque la mascarilla.
Los custodios t ambién ‘ojeaban’ que los ciudadanos no permanezcan mucho tiempo dentro del sitio, en caso de que ya hayan utilizado los servicios de una dama, o que lleven mucho rato sin decidir con cuál de ellas van a ingresar a una de las habitaciones.
El pasado lunes, el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) Cantonal dispuso que el barrio de tolerancia sea reabierto. Sin embargo, la firma de actas de compromiso y otros trámites que debían cumplir los dueños de estos negocios hicieron que la reapertura recién se concrete ayer.
Los prostíbulos de dicha zona ‘guayaca’ son los únicos que, al momento, están habilitados para operar en la ciudad. Los demás siguen cerrados hasta nueva orden.