¡Aquí no entras, droga!
Experto considera que la labor de las madres y que se despinten las frases alusivas a organizaciones criminales no es suficiente. Urge la intervención del Estado, el cual debería brindar educación y plazas de trabajo.
La droga ha marcado sus vidas, pero no las tumbó, al contrario las volvió más fuertes y dispuestas a prevenir que sus hijos, nietos, sobrinos y hasta los descendientes de sus vecinos se vuelvan consumidores.
Alicia Sotamba y Silvia Balarezo forman parte de un grupo de 12 mujeres que ‘armadas’ de paciencia y buena voluntad ayudan a los niños y jóvenes de la cooperativa Una Sola Fuerza, de Durán, a marcar distancia con las sustancias que expenden en todas partes.
Alicia asegura que hasta hace seis meses el parque y las calles de su zona estaban plagadas de microtraficantes y hacheros, quienes buscaban conquistar a los ‘pelados’ para introducirlos en el vicio.
Desde 2019 ellas son parte de las Coaliciones Comunitarias Antidrogas de América (Cadca). La vinculación se dio porque esta cooperativa fue escogida por el Cabildo de este cantón guayasense. “Se contactaron con la alcaldía y escogieron este lugar por el alto número de hacheros que habita en la zona”, cuenta Balarezo.
Sotamba resalta que para mantener ocupada la mente de los chicos realizan obras de teatro, actividades deportivas, concursos de dibujos y todo evento recreativo que los mantenga alejados de los ‘drogos’.
“Era muy usual ver como pasaban la droga de mano en mano, incluso habían comenzado a pintar las paredes con los nombres de organizaciones criminales como los Latin Kings. Los microtraficantes y hacheros llegaban de diferentes sectores, fingían ser recicladores. Hemos recibido amenazas, pero de personas que desean contaminar a nuestros jóvenes”, sostiene Alicia.
Considera que las actividades recreativas han permitido que los espacios públicos de su zona ya no sean el punto de consumo y que más bien se conviertan en lugar de distracción para los niños y adolescentes.
EXTRA ha publicado tres reportajes abordando la problemática narcodelictiva que azota a esta localidad y cómo los jóvenes ‘sueñan’ con emular los actos delictivos de presuntos sicarios asesinados y cuyas imágenes fueron retratadas en paredes de diferentes barrios.
¿Pero es suficiente la labor de estas mujeres y que el Municipio haya ‘limpiado’ las paredes ‘adornadas’ con frases alusivas a organizaciones criminales?
Para Gabriel Ocampo, abogado y subdirector de la fundación Tandem (organización enfocada en temas de gestión municipal y local), la labor de este grupo de mujeres es loable, ante la falta de respuesta del Estado, pero es necesario que se involucren las autoridades.
“Nadie mejor que los vecinos conocen lo que pasa en su barrio, es una forma más de prevenir y esto debería estar encaminado en mostrar a los chicos que hay otras iniciativas contrario a lo que promueve la delincuencia, pero no es suficiente”, expresa.
Ocampo revela que según una encuesta realizada a chicos de entre 12 a 29 años, por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) en 2019, el problema más importante que enfrentan los jóvenes es la adicción a las drogas, el alcoholismo, el desempleo y la delincuencia. (Ver cuadro)
Sostiene que el Estado debe tomar medidas urgentes y atender las desigualdades socioeconómicas, brindando acceso a la educación, estímulos para que hayan oportunidades laborables y que se pueda vincular a la comunidad en talleres que llamen la atención de los jóvenes.
En cuanto a la labor del Municipio local al quitar de las paredes los grafitis realizados por bandas criminales, el abogado indica que “las podrán pintar y poner luces, pero el problema debe ser atacado a profundidad”.
Así opina GABRIEL OCAMPO Promotor ciudadano Pintar las paredes es como si a uno le detectaran una enfermedad y solo se toma una pastilla para el dolor. El tema es más profundo”.