¡Que repruebe EL ‘PANIQUEO’!
Sus hijos regresaron a la educación presencial y le asusta que sean el blanco de antisociales. Expertos comparten medidas psicológicas y de seguridad para que ni usted ni ellos estén con los pelos de punta.
“¿Llegará bien a la escuela? ¿Retornará sin novedades a casa? ¿Se le acercará un extraño? Es válido que se haga estas preguntas, pues responden a la preocupación normal que un padre de familia tiene cuando sabe que su hijo ha regresado a estudiar presencialmente y podría ser víctima de antisociales, por el alza de la criminalidad del país.
“Sienten inseguridad, ansiedad y sentimientos de culpa al mandarlos solos; o en otros casos los envían con una persona externa al círculo familiar, debido a que los progenitores necesitan ir a sus trabajos”, expresa el psicólogo Jaime Sánchez.
Que les quieran robar sus
Así opinan SUSANA OSORNO, psicóloga clínica
Los miedos paternales se dan según la responsabilidad de ellos en su rol. Unos no quieren que les pase nada malo a sus chicos y se preocupan; a otros les vale”.
JAIME SÁNCHEZ, psicólogo
Taquicardia, preocupación, nerviosismo o miedo intenso, estos síntomas se manifiestan cuando presenciamos alguna amenaza como un robo, un sicariato, etc.”.
dispositivos electrónicos, que los puedan secuestrar, les ofrezcan drogas o inviten a ser parte de alguna banda, que los puedan agredir sexualmente, entre otras preocupaciones tendrían los padres, sostiene la psicóloga clínica Susana Osorno.
Según Sánchez, niños y adolescentes son susceptibles de sufrir manipulaciones emocionales. Y Osorno destaca que los tímidos dan más ‘papaya’. “No tienen la confianza para contar lo que pasa. Temen que piensen que la culpa fue de ellos y no de la persona de afuera. Los retan y castigan por todo”, advierte la especialista.
El nerviosismo puede hacer que los padres caigan en la sobreprotección, pueden no dejar salir de sus hogares a sus chicos; o de llamar a la ‘profe’ o hijos por el ‘celu’ a cada rato. Los papás pueden llegar a impedir que sus niños mantengan relaciones interpersonales con otros, pues desconfían de todos, lo que desencadena un aislamiento social, asevera Sánchez.