¡Ya no es la ‘bruja’ DEL PASADO!
Tras casi tres años de ausencia, la actriz volverá a hacer teatro. Critica que no se valore la trayectoria y la experiencia. Se sorprende al ver su evolución actoral.
La ‘bruja’ de la época de Vamos con todo es cosa del pasado para María Mercedes Pacheco. Actualmente, como presentadora del programa de farándula Viralizados ha bajado los decibeles y reconoce que no sirve para destruirle la vida a los demás.
Con 45 años, la actriz cuenta a EXTRA que tras casi tres años de para volverá a hacer teatro, mientras que en lo personal es enfática al indicar que Dios se encargó de poner todas las cosas en su lugar.
ETAPAS DIFERENTES
De la Meche Pacheco de Volvemos con todo a la que actualmente se ve en Viralizados acepta que hay una gran diferencia, ya que dejó de “pensar en voz alta” y de involucrarse en líos.
“Ahora es muy distinto, no podría ser capaz de meterme en problemas con nadie, porque entendí que el mundo da vueltas y que volveremos a encontrarnos al doblar la esquina. Bajé los decibeles tres puntitos y empecé a hacer farándula más humana”.
En su actual programa le dicen ‘la mamá de los pollitos’ por su trato conciliador, pero acepta que si le toca hacer un comentario fuerte no se detiene. “Lo hago con respeto y pido que mi opinión también se respete. Soy bien hija de p... y si tengo que destruir a alguien tiene que estar junto a mí, así me hago responsable de lo que digo, no de lo que otros cuenten”.
NO NOS VALORAN
Con 22 años en la actuación, declara que con el paso del tiempo es cuando se va adquiriendo mayor experiencia, pero lamentablemente en el país eso no se lo valora.
“Aquí es que mientras más años se tiene, menos se le debe pagar, ya está pasada de moda, ya deben darle paso a nuevos talentos”, cuestiona. “No se valora la experiencia ni los años de trayectoria, la gente tiende a minimizar ese tipo de cosas”. Reservada con su vida personal se limita a decir que todo está en orden.
“Gracias a Dios estoy muy bien. Dios se encargó de poner a cada payaso en su circo, a cada puta en su esquina y a cada reina en su castillo”, finaliza.
“No soy un Plaza Sésamo para que hagan lo que digo, ni un Nacho lee para que aprendan de mí”.