INTERAGUA REFUERZA el trabajo de rehabilitar el alcantarillado
En 16 años han sido arreglados 85 kilómetros de redes. En el actual quinquenio se laborará en más de 25 kilómetros. La meta es evitar desbordes y la corrosión de la estructura
La rehabilitación de las alcantarillas es una labor que hacemos constantemente. En estos últimos 16 años hemos cambiado 85 kilómetros de las redes en beneficio del cliente”.
ADRIANA VALAREZO,
jefa de Proyectos de Redes de Aguas Servidas y Aguas Lluvias
acer una rehabilitación constante del alcantarillado es la meta de Interagua desde el 2006. En estos últimos 16 años han sido reparados 85 kilómetros de redes y para este quinquenio el planteamiento es arreglar 25 kilómetros adicionales de redes en diferentes puntos de la ciudad. Además de esto, 5 kilómetros en Urdesa y otros 1.500 metros en La Chala. Así lo explica Adriana Valarezo, Jefa de Proyectos de Redes de Aguas Servidas y Aguas Lluvias de Interagua, que es operada por la empresa Veolia. “En Interagua nos preocupamos por el bienestar de cada uno de nuestros usuarios y de los problemas que se presentan en los sectores donde habitan. Hay que tener en cuenta que Guayaquil es una ciudad que ya no es joven y por lo tanto tiene un alcantarillado que requiere ser actualizado”, dice Valarezo. A partir de estos monitoreos se identifican las zonas más afectadas por los diversos factores del alcantarillado sanitario que como consecuencia aceleren el deterioro de la tubería. Entonces se puede atender la necesidad con agilidad a través de rehabilitación con tecnología sin zanjas por “Pipe Bursting” o perforación horizontal dirigida, es decir se evita abrir toda una área para determinar dónde está ubicado el punto que se debe rehabilitar. El trabajo es constante es así que en el quinquenio de 2006 a 2011 la inversión fue de 9 millones de dólares, y es tal la concentración en llegar a la meta planteada que para el quinquenio actual la inversión ha subido a 15 millones de dólares. Este trabajo la empresa lo visualiza como cuidar un activo, de tal manera que el mantenimiento está reforzado con el fin de que se aproveche plenamente la vida útil de la estructura. Como parte de esta estrategia, la tecnología es un factor decisivo. En la actualidad tienen tres sensores traídos de Dinamarca, que permiten hacer un estudio constante del alcantarillado. Así se detecta en tiempo real altas concentraciones de contaminantes en el agua residual. Entonces es posible atender las necesidades con agilidad, porque esta tecnología también permite hacer una tarea no invasiva. Eso significa que no es necesario abrir toda el área implicada para determinar dónde está ubicado el punto que se debe rehabilitar. Por la labor que se viene llevando a cabo hay logros importantes en sectores como Urdesa, Martha de Roldós, La Chala, Sauces 6 y otros. Por ejemplo, en la Martha de Roldós los reclamos han bajado más de un 60 %, después de que se rehabilitaron 500 metros de ramales, lo que benefició a manzanas enteras de la ciudadela. Aquí la queja era por los desbordes del alcantarillado. “Todavía hay trabajo por realizar en este punto de la ciudad, pero ya está dentro de la planificación del quinquenio”, destaca Valarezo. Otro ejemplo es la ciudadela Huncavilca, del sur de la urbe, donde fueron rehabilitados 700 metros de ramales, de tal manera que las quejas por taponamientos o desbordes del alcantarillado han bajado en un 60 % también. El mayor beneficio logrado con las labores ejecutadas es evitar que un barrio esté invadido por los malos olores como consecuencia de los desbordes de las alcantarillas. Aquí también juegan un papel importante los camiones que se dedican a efectuar las limpiezas. El trabajo va a continuar. Es la prioridad de la empresa rehabilitar el alcantarillado en Guayaquil.