PENSAR SÍ SE PUEDE

Pretender el éxito en la vida de los hijos es uno de los grandes empeños de los padres. Para ello, se ponen en práctica ciertas estrategias, como buscar un colegio cuya educación sea reconocida y, por supuesto, que esté al alcance de la economía familiar. Pero en ese proceso de formación, los adultos que rodean al pequeño no pueden permanecer ajenos. Por el contrario. Ellos son, en realidad, grandes pilares que ayudan de manera indiscutible a alcanzar esa meta. Enseñar la autodeterminación La autodeterminación es la capacidad de un individuo para organizar la vida de forma que pueda alcanzar el futuro que desea. ¿ Cómo se logra? En primer lugar, tomando consciencia del propio potencial. Y es precisamente en ese descubrimiento que entran en juego los padres del niño o las personas que lo tienen a su cargo. Son ellos los llamados a inducirlos a descubrir de qué son capaces. ¿ Cómo? Enseñándoles a pensar. Como indica la pedagoga Lourdes Serrano, quien además tiene una maestría en Tecnologías de la Información y la Comunicación ( TIC) en Educación, se nace indefenso y se empieza a ser independiente cuando se aprende a caminar. Es entonces cuando, de forma natural, los hijos se alejan de los padres y empiezan a explorar el mundo. “Si comenzamos a hacer las cosas por los niños, cuando sabemos que las pueden hacer ellos, estamos limitándolos, creamos niños inseguros y dependientes, y además coartamos su desarrollo natural”. Sin embargo, la supervisión es fundamental, al igual que el orden. “Enseñar a vivir también significa enseñar a entender que todo acto tiene una consecuencia.