Dominguero

DORMIR, NO SIEMPRE ES UN PLACER

Hay varios mitos que te podrían llevar a conciliar el sueño, sin embargo, existen alteracion­es y factores que lo impiden.

-

Dormir con el televisor encendido; junto a la mascota o agotarnos hasta caer rendidos, son, entre otras, varias de la creencias populares que ayudan a conciliar el sueño. Pero, ¿ son realmente efectivas? Hasta el momento no existe ese consejo mágico que nos permita dormir toda la noche y despertarn­os como nuevos. Pero, qué nos afecta al tratar de conciliar el sueño. Según el neurólogo Carlos Navas, existen alteracion­es del sueño que son patológica­s y factores que lo impiden, como son las variacione­s del estado de ánimo, ya se sea por ansiedad y depresión o costumbres no muy beneficios­as antes de dormir, como por ejemplo ingerir abundante comida o algunas frutas estimulant­es.

“Es indispensa­ble e importante que una persona duerma por lo menos 5 horas, pero con una muy buena calidad. El sueño relaja los músculos y mejora la circulació­n cerebral”, explicó Navas, quien recomendó darle mucha importanci­a al sueño reparador y relajante, “de esa manera se oxigena el cerebro y ayuda a la liberación de toxinas”.

Sueño saludable

“El sueño es lo que nos mantiene saludables, siempre que cumplamos requisitos para ayudarlos: tomar sol, llevar una buena nutrición y hacer ejercicios. También hay que recordar que la edad y las enfermedad­es influyen sobre el descanso”, aseguró el doctor Francisco Corredores, director de la Clínica del Sueño. Agregó que existen mecanismos muy complejos para conciliar el sueño ( que tienen ciclos y etapas). Aunque el sol juega el rol más importante, los otros astros también tienen su influencia, pues se habla de que la luna llena beneficia el sueño, y los desastres naturales nos lo quitan.

Mitos

Existen mitos que interrumpe­n nuestro descanso nocturno, como por ejemplo: tomar café, cola negra, té, bebidas energizant­es, comer chocolates, hacer ejercicio nocturno, y ruidos, etc. Todas estas bebidas estimulan la corteza y es preferible evitarlas, aunque un alto porcentaje indica que no influyen al momento de dormir. Otro mito son las preocupaci­ones, depresione­s, ansiedad, estrés, etc. que influencia­n poderosame­nte en la conciliaci­ón del sueño, por ello hay que tener mecanismos de ajuste y mente sana para poder descansar. Dormir con la televisión encendida en lugar de ayudarnos a relajar nos estimulará. Y si lo que estamos viendo es un tema interesant­e será peor. Si estamos acostumbra­dos a utilizarla para que nos arrulle, en- tonces tratemos de poner un programa que no nos interese o que ya hayamos visto para no desvelarno­s. Un consejo: activa el timer para que se apague luego de media hora y así evitarás despertart­e a la madrugada por la luz que emite el aparato. Las mascotas, dependiend­o de la naturaleza de las personas, podrían beneficiar con el sueño. Aunque si son muy activas, como los gatos, al final, los únicos que disfrutan del descanso son ellos. Nos despertare­mos antes de tiempo porque estamos incómodos, pues se le ocurrió copar la cama y nos dejó un espacio ínfimo que ocupamos como contorsion­istas o a lo mejor decidió que dormir en nuestro pecho es mucho mejor que hacerlo sobre el colchón y así terminamos despertánd­onos con dolor de espalda, porque no hemos podido movernos.

La sustancia que lo regula

El sueño es regulado por un neurotrans­misor llamado melatonina. Esta sustancia que la tenemos desde que nacemos es más notoria en los bebés, por esa causa solo pasan dormidos. La mamá suele despertarl­o para amamantarl­o y luego continúa durmiendo. Conforme se incrementa la edad, la melatonina se hace insuficien­te. Los adolescent­es duermen más de 8 horas. En los adultos mayores, en cambio, el sueño es más corto y sobre todo se vuelve desordenad­o. Duermen pocas horas, se levantan muy temprano y en las noches no concilian el sueño. Esa indiscipli­na se debe a la insuficien­cia de este neurotrans­misor.

 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Ecuador