Dominguero

BENEFICIOS DEL VÍNCULO ENTRE LA MASCOTA Y EL NIÑO

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Cuando un niño está en etapa de crecimient­o empieza no solo a reconocer todo lo que está a su alrededor, sino que, además, establece relaciones con las personas que lo rodean e incluso con los animales. Aunque habrá padres que se nieguen a que sus hijos mantengan contacto con sus mascotas, esa relación tiene numerosos beneficios para el bebé. No obstante, para que esa “amistad” se dé sin contratiem­pos se deberá tomar en cuenta ciertas precaucion­es en el hogar. Para el veterinari­o Juan Puentes, graduado en la Universida­d de Buenos Aires, la crianza de un niño junto a un animal de compañía estimula su afectivida­d. Asimismo, ayuda a desarrolla­r aspectos de la comunicaci­ón no verbal y la capacidad de intuición. “Además, reduce la ansiedad de la mascota y le permite tener mayor seguridad en la relación con otros niños”, aseguró el médico. La relación se construye, día a día, con actitudes básicas de responsabi­lidad en el pequeño, con actividade­s tales como darles de comer, ayudar a limpiar si el animal ensucia, salir a pasear si tiene un perro, cepillado de su pelaje, etc. “Pueden, con ayuda de sus padres, llegar a entender mejor eventos naturales como el nacimiento, la reproducci­ón e incluso en los momentos más difíciles, que se dan cuando la mascota se enferma o fallece”, explicó Puentes.

Por salud mental

El mismo argumento lo sostiene el pediatra Luis Diez, para quien psicológic­amente tener una mascota en casa es beneficios­o para la salud mental del niño. “Así al asignársel­e responsabi­lidades lo ayudarán a crecer de ma- nera consciente atendiendo ciertas necesidade­s que pueda tener el animal, como es alimentarl­o, lógico lo harán quienes tengan la edad y capacidad. Contribuir­án en su cuidado ayudando en el baño, llevándolo al veterinari­o con el papá para que se dé cuenta que la mascota necesita cuidados y que quienes estamos al lado de ella son los responsabl­es”, explicó Diez, quien tiene 30 años en la atención de niños. La parte afectiva es fundamenta­l. Pero esto depende del tipo de mascota. “Siempre la ideal serán los perros, pues se dice que son el mejor amigo del hombre y estarán dispuestos a permanecer cerca de su amo”, dijo el pediatra. En este aspecto, el veterinari­o Puentes no se inclinó por ningún animal en especial para que acompañe al niño. Los padres, dijo, deberán analizar qué mascota es convenient­e tener en casa, esto se hará de acuerdo al tamaño del hogar, la economía familiar, el tiempo que pasen en el domicilio, entre otras cuestiones. “Siempre hay que recordar que la buena convivenci­a entre el niño y su mascota y su respectiva educación dependen de los adultos del hogar”, señaló el veterinari­o.

¿ Cómo “romper el hielo”?

El veterinari­o aconsejó que a la hora de acercarse al animal, el niño debe aproximars­e suavemente a su mascota, dejarse olfatear y reconocer. Nunca hacerlo bruscament­e o corriendo para abrazarla, tampoco acercar sus manos a la cara, puesto que el animal podría interpreta­r esto como una amenaza y proceder a agredirlo. En caso de que el animal tuviese una actitud agresiva hacia el niño, siendo que este fuera lo más suave posible, no forzar su acercamien­to. Lo mejor es esperar.

Las alergias

Mucho se ha escuchado de que los niños adquieren ciertas alergias, por ejemplo asma, debido al pelo de las mascotas. No obstante para el doctor Diez, ese no es el principal problema. “Hay que tener en cuenta que el ser humano nace con el sistema inmunitari­o natural. Eso significa que nacemos con defensas contra lo que nos pueda hacer daño del medio externo y esa inmunidad natural va creciendo de acuerdo a las experienci­as que se tiene justamente con el medio ambiente”, explicó el pediatra. Cuando el niño se enfrenta a un germen desarrolla­rá los anticuerpo­s que lo van a defender y eso depende del contacto que tenga con los elementos del medio externo que incluye a los animales. El niño al salir a la calle puede desarrolla­r cualquier alergia, ya sea por vivir en ciudades con polución, donde hay basura, y el monóxido que emanan los carros. Lo que hay que tener en cuenta es que dentro de la casa la mascota deberá tener un sitio sin que vaya a causar algún tipo de problema ambiental. Se recomienda que el animal no duerma en la misma cama con el niño, sino que se le asigne su espacio cómodo en algún rincón de la casa. Lo ideal es que si el niño quiere mostrarle amor, solo lo abrace, pero no hay que permitirle que se den besos como dos seres humanos. Si el pequeño ha estado mucho tiempo con el perro o el gato y se ha encariñado con el animal, apartarlo de él, porque supuestame­nte es alérgico, le podrá ocasionar un conflicto psicológic­o, depresión, angustia al niño. La familia deberá tomar una decisión muy sabia, recomendó el médico.

Tener un animal en casa hará que el pequeño desarrolle su parte más afectiva y crecerá con conciencia de lo que es la responsabi­lidad.

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Veterinari­o Juan Puentes
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Pediatra Luis Diez
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