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El dormitorio del bebé debe estar bien iluminado y ventilado para evitar la humedad, los ácaros y las consecuentes alergias. Asimismo el uso de cloro y desinfectantes ocasiona alergias y problemas en las vías respiratorias. Pañales sucios, mesas de cambio, juguetes y manijas de puertas son puntos claves donde se esconden los gérmenes. Sin embargo, algunas infecciones son peligrosas para los niños y pueden causarle problemas más adelante. Es importante que los niños reciban vacunas contra las enfermedades producto de los gérmenes como las paperas y el sarampión, y desinfectar el cuarto de los bebés con regularidad para evitar la propagación.
debidos cuidados”. Dra. Pravda Frías de Zambrano, especializada en emergencias pediátricas