Dominguero

Jugando EN HORAS DE TRABAJO

Algunos a parecen llegar la conclusión lo que acertada de detrás está pasando Los de sus cámaras. gemidos lo confirman.

- Por Ángel Amador angel77ama­dor@ gmail. com

Ya casi es hora. Su teléfono le recuerda que debe conectarse a una reunión de trabajo virtual. Ahora con la pandemia, todo es virtual. Las reuniones de trabajo, las familiares, las clases, hasta las fiestas y cumpleaños. Enciende su computador­a portátil. La verdad es que acababa de salir de la ducha y siente cierto morbo por participar de una reunión virtual estando desnudo de la cintura para abajo y así lo hace.

Ingresa a la reunión. Una larga exposición de las metas, objetivos y todo eso que los ejecutivos deben saber. Todo perfecto hasta que llega su novia. No la esperaba tan temprano. Ni siquiera hace el intento de ponerse algo encima. Quiere que lo vea así y obvio que lo ve. Le hace una señal para que no haga ruido. Ella lo entiende. Se acerca para observar la pantalla sin entrar en el cuadro de visibilida­d del resto que sí puede ver a su novio. Lo entiende todo. No solo eso, se mete en el juego.

Ni él esperaba lo que se venía. Tan concentrad­o está en todo lo que dicen que no ve que alguien se escabulle por debajo de la mesa. Sí, es ella. Un cosquilleo en su entrepiern­a lo alerta. Casi se pone de pie, lo que hubiera revelado a todos que no tenía nada debajo, pero no lo hace. Reacciona lo suficiente­mente rápido como para disimular muy bien. Y hacer pasar el exabrupto como un problema de conexión.

Le hace señales para que se siente. Desconecta el ` mouse' para que no pueda desactivar la cámara ni el micrófono. Lo tiene en sus manos literal y figurativa­mente. Lo sostiene con delicadeza. Lo acaricia. Lo frota. Eso lo emociona mucho. Trata de evitar que todo lo que siente se vea en su rostro. No puede. Agarra el ` mouse'. Lo agita como esperando que por arte de magia el cursor se mueva para bloquear la cámara y el micrófono. No puede levantarse tampoco porque sería exponerse. Húmedo. Bastante. Lo sigue frotando con más ímpetu. Él intenta agachar la cabeza o sacarla del encuadre de la cámara. No puede. Sus compañeros empiezan a mover sus ojos hacia él. Algunos parecen llegar a la conclusión acertada de lo que está pasando detrás de sus cámaras. Los gemidos lo confirman. La reunión está por terminar, al igual que él. Todos se despiden. Resiste un poco más. Los participan­tes empiezan a desaparece­r de la pantalla uno a uno al desconecta­rse. No puede. Solo queda uno conectado. Aguanta. Se queda solo en la sala virtual y... libera todo. Un día diferente de teletrabaj­o.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Ecuador