Rechazo a la minería en el noroccidente
Les felicito por la gran labor que hacen al difundir temas socioambientales y culturales que, lamentablemente, escapan del interés de la mayoría de medios de comunicación.
Me gustaría que la revista investigara sobre la potencial actividad de minería metálica en el noroccidente del país, como ejemplo de lo que está sucediendo. Como habitante del sector rural del distrito metropolitano de Quito (DMQ) me encuentro profundamente preocupado ya que actualmente enfrentamos una época de mucha malinformación respecto a esta actividad extractiva. Recientemente se ha aprobado una reforma a la ley de Minería que, según percibimos en nuestra región, ignora nuestros derechos humanos y ablanda las condiciones para las empresas extractivas. Es preocupante que la Empresa Nacional Minera esté procurando poner en marcha proyectos de minería a gran escala en las zonas rurales del noroccidente del DMQ, zonas que recientemente fueron declaradas áreas protegidas por el municipio de Quito bajo la categoría de conservación y uso sustentable. Esta declaratoria ha sucedido por pedido de las comunidades que valoran e intentan proteger todos los atributos de un verdadero “buen vivir”. Es importante informar sobre las consecuencias y daños irreversibles que pueden causar dichos proyectos mineros a las actividades productivas, el patrimonio cultural y la biodiversidad del área.
El noroccidente es una región principalmente agropecuaria y turística, con bosques que generan agua y permiten la producción de panela orgánica, crianza de ganado de carne y leche, café y cacao orgánicos, y gran diversidad de frutas tropicales que abastecen a mercados nacionales e internacionales. En la región existen más de seis mil especies de animales y plantas, incluyendo el oso de anteojos, el pájaro paraguas, el casi extinto mono araña, tucanes, ranitas de cristal y hasta una lagartija rinoceronte. Por todas estas razones, y sobre todo porque la voluntad de los campesinos es mantener su territorio libre de minería, es fundamental
abrir los ojos ante esta grave problemática. Lo mismo sabemos que sucede en el sur del país, en comunidades shuar que incluso son atacadas con la pretensión de que salgan de sus territorios ancestrales. ¿Qué pasó con los derechos de los pueblos indígenas?
El Ecuador tiene un gran reto: trascender más allá de las actividades extractivas. Quito puede empezar demostrando que la minería metálica no traerá cosas positivas, como se nos quiere hacer creer. ¿Cómo es posible que se haya priorizado la aprobación de reformas inconstitucionales a la ley de Minería, mientras la nueva ley de Aguas sigue estancada?
Alejandro Solano, Pacto