Nuestra fauna: Vicuña
La vicuña es el más grácil de los camélidos sudamericanos y, junto al guanaco, una de las dos especies silvestres. Sus parientes domésticos son las llamas y las alpacas. Habitan punas y páramos entre los 3 200 y 4 800 metros de altitud, donde se alimentan de pasto. Forman grupos familiares territoriales de un macho y entre tres y cuatro hembras y sus crías. También hay grupos de machos solitarios. Son muy tímidas y con una gran audición. Cuando perciben la presencia de pumas, lobos o perros, sus principales predadores, buscan laderas muy pendientes donde ellas tienen mejor movilidad. Las hembras paren un cría luego de un año de gestación, a la que dan de lactar durante ocho meses.
Produce muy poco de la finísima lana –la más delgada del mundo y con extraordinarias propiedades aislantes– cuya cacería la llevó al borde de la extinción. En 1969 se prohibió su explotación y, más tarde, se establecieron planes de manejo que han recuperado sus poblaciones.
No está claro si existieron en lo que hoy es Ecuador, pues no hay registros arqueológicos. Desde 1988, se han introducido a la reserva Chimborazo alrededor de 350 animales donados por Chile y Perú. Hoy hay cerca de 5 mil. Hace poco se levantó la prohibición de comercializar lana de las poblaciones ecuatorianas, por lo que pronto podría comenzar su producción regulada. La vicuña es otra de las especies amenazadas por el calentamiento global.