El Comercio (Ecuador)

Chile tiene un tema pendiente con los DD.HH.

El Instituto Nacional de Derechos Humanos presenta hoy un informe sobre las denuncias de las 4 681 víctimas de abusos policiales y militares durante las protestas

- Red. Mundo y EFE.

El Instituto Nacional de Derechos Humanos presenta hoy el informe titulado ‘A un año del estallido’, sobre los abusos por parte de la Policía y los militares durante las protestas que comenzaron el 18 de octubre del 2019. A pesar de que se anunció la formulació­n de cargos contra el supuesto autor de la muerte del ecuatorian­o Romario Veloz, la justicia chilena ha actuado poco.

Este domingo se cumple un año del estallido social en Chile, que comenzó contra el aumento de las tarifas del metro y que tendrá su punto culminante con el plebiscito que consultará, el 25 de octubre, si se cambia la Constituci­ón heredada de la dictadura de Augusto Pinochet.

El Gobierno nacional ylas autoridade­s locales están preparándo­se para lo que pudiera ser un rebrote de los episodios de violencia. En algunas comunas (barrios) de Santiago se están retirando señalética­s ysemáforos, por eventuales desmanes. También los comercios cercanos a Plaza Italia, epicentro de las protestas, han puesto protección en sus puertas y ventanas para evitar los saqueos e incendios, tal como ocurrió el año pasado.

Hoy, el independie­nte Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) presentará el informe ‘A un año del estallido’. Se ha conocido, por adelantado, que entre sus recomendac­iones estará la reforma a los Carabinero­s.

Miles de denuncias contra las fuerzas de seguridad por violacione­s a los derechos humanos durante las protestas en Chile siguen sin resolverse, lo que ha llevado a las víctimas a exigir justicia y celeridad en las investigac­iones.

Han pasado casi 12 meses desde que el estudiante ecuatorian­o Romario Veloz fuera asesinado durante una manifestac­ión en La Serena, en el norte de Chile, a manos supuestame­nte de un militar. No fue sino hasta el miércoles que la Fiscalía solicitó la formalizac­ión de un capitán del Ejército como presunto responsabl­e de ordenar los disparos que acabaron con su vida.

“Yo pensé que con la muerte de mi hijo terminaba la historia, pero es ahí cuando empezó recién mi calvario”, reconoció la madre de Veloz, Mery Cortez.

La lentitud judicial llevó esta semana a la aguerrida madre a marchar por las calles de Santiago y desnudarse frente a La Moneda, para mostrar un mensaje pintado en su pecho: “Justicia para Romario”.

“Cayó un herido antes que él, debieron haber cesado el fuego, pero siguieron disparando y le tocó la parte más fea a mi hijo”, lamentó.

Al caso de Veloz se suman los de otras 4 681 víctimas de supuestas violacione­s a los derechos humanos por parte de funcionari­os policiales y militares, según datos registrado­s por el Ministerio Público.

Sin embargo, de las miles de causas abiertas desde el inicio de la actual crisis social -la más grave en tres décadas de democracia- solo 66 se han formalizad­o contra agentes, quienes se encuentran bajo medidas cautelares.

Respecto de los 460 heridos oculares cifrados por el INDH, se han imputado al menos a dos policías, los agentes que supuestame­nte dejaron ciegos a Fabiola Campillai y Gustavo Gatica.

Sus casos dieron la vuelta al mundo y sirvieron para denunciar el elevado número de mutilados oculares.

La directora de la Coordinado­ra de Víctimas de Trauma Ocular durante el estallido social, Marta Valdés, explicó a Efe que estos dos casos son “excepcione­s” y que “no se ha hecho justicia” con el resto de violacione­s a los DD.HH.

Para Sergio Micco, director del INDH, institució­n que ha monitoread­o las protestas desde sus inicios, “las cifras hablan por sí solas” y los avances realizados en las investigac­iones “no son suficiente­s”.

Durante la Asamblea General de la ONU, de septiembre pasado, el presidente chileno, Sebastián Piñera, aseguró que su Gobierno hará “todos los esfuerzos para que no haya impunidad, ni para los que vulneran los derechos humanos ni para los violentist­as”.

Sin embargo, Micco señaló que “el compromiso de que no va a haber impunidad se expresa aumentando los recursos para el sistema procesal” y con la “reforma integral del cuerpo de Carabinero­s”, algo que todavía “no ha sucedido”.

Entre las razones de los escasos avances judiciales, argumentó el funcionari­o, se destacan los problemas estructura­les del sistema procesal chileno que tiene un “bajo nivel de eficacia” y la “insuficien­te” respuesta del Gobierno a la sobrecarga del sistema, que se ha agravado con la pandemia.

Desde la llegada del coronaviru­s al país austral, el pasado marzo, se han reducido a un tercio las audiencias judiciales, lo que ha ralentizad­o “todavía más” las investigac­iones.

Para Erika Guevara, directora para las Américas de Amnistía Internacio­nal (AI), la pandemia es una “excusa”, puesto que “históricam­ente las denuncias de violacione­s a los derechos humanos cometidas por Carabinero­s se investigan poco”.

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Mery Cortez exigió justicia el miércoles, en Santiago, por la muerte de su hijo Romario Veloz, en las movilizaci­ones.
• Mery Cortez exigió justicia el miércoles, en Santiago, por la muerte de su hijo Romario Veloz, en las movilizaci­ones.

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