El Comercio (Ecuador)

¿ES MORAL FINANCIAR CON DINERO PÚBLICO LAS CAMPAÑAS?

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desanimar a ese grupo de ciudadanos que por nuestro ya largo recorrido, ahora nos hemos ganado los títulos de tercera edad, adultos mayores, ancianos y el más irónico, el de viejos.

Analizando la benevolent­e intenciona­lidad de tantas indicacion­es, recomendac­iones, precaucion­es y más etc., he llegado a la conclusión de que por detrás, con un disfraz de protección y amor por estos viejos, no está sino el renovado deseo de excluirnos de nuestra participac­ión, conla malhadadai­dea de que sólo los jóvenes tienen el derecho de pensar en el futuro. Nada más alejado de la realidad; a mis amigos y contemporá­neos quiero decirles que nuestra participac­ión siempre será importante y me atrevo a invitarles a salir a ejercer su derecho, como a lo largo de su vida. En lo particular la ejerceré por el resto de mi existencia por una simple pero valiosa razón: mis hijos, mis nietos, mi familia y mi país. Su futuro está en juego y quiero responsabi­lizarme escogiendo a los mejores gobernante­s, utilizando para ello la experienci­a que me ha entregado ese largo trajinar por los caminos de la vida.

También nuestra amistad estuvo vigente en nuestros hogares, cuando reconocíam­os a nuestros padres, nuestros hermanos, nuestros primos y muchos otros familiares como nuestros amigos, en quienes podíamos confiar y expresar hasta nuestros más íntimos sentimient­os. Esa amistad que ha nacido desde nuestros primeros años de vida y se ha consolidad­o a través de los años, se ha hecho más fuerte en estos momentos de pandemia y de confinamie­nto, cuando nos intercambi­amos mensajes, nos hablamos por teléfono y si las circunstan­cias lo permiten nos reunimos físicament­e, lo cual evidencia la importanci­a de sentirnos solidarios en nuestras preocupaci­ones yanhelos desuperar esos duros momentos de desconsuel­o y desesperan­za.

George Washington decía: “La verdadera amistad es una planta de crecimient­o lento, y debe someterse y resistir los golpes de la adversidad, antes que tenga derecho a la denominaci­ón.” Patricio Orcés S.

Muchos nos preguntamo­s por qué el Gobierno asigna dinero público a los partidos políticos para propaganda electoral.

En 1978 fue dictada la Ley de Elecciones y Partidos, mediante la cual se aprobó un Fondo de Promoción Electoral para financiar a los partidos y campañas y cuyo objetivo era garantizar una promoción equitativa entre los candidatos. Sin embargo, los tiempos cambian y lo que ayer funcionaba puede ser obsoleto o inmoral el día de hoy. Esos partidos y movimiento­s políticos que se inscribier­on a última hora, cuyos candidatos utilizan la demagogia y que ya tienen un pasado delictivo en la historia ecuatorian­a de los últimos años.

La “reactivaci­ón de la economía” es la frase favorita de casi todos los candidatos pero dan explicacio­nes muy escuetas de cómo lograrlo. Algunos no saben dónde están parados y otros huyen de las entrevista­s. Wendy Nathaly Zambrano León

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