El Comercio (Ecuador)

La hora social electoral

- ALFREDO NEGRETE anegrete@elcomercio.org

El drama político de la sociedad ecuatorian­a permite que la primera vuelta presidenci­al se asimile a los juegos que en la escuela o el colegio llamaban la “hora social”. En ellos, el inspector daba el tiempo para cualquier entretenim­iento por la ausencia de algún profesor. En Ecuador de febrero 2021, el elector sin ninguna guía o identifica­ción política o ideológica, puede hacer con su voto lo que quiera, incluso votar por varios candidatos presidenci­ales que le plazca; expresamen­te, no está prohibido dibujar lo su imaginació­n santa o perversa desee. Ya para la segunda vuelta se podrá razonar de diferente manera, pero los legislador­es electos ya habrán empezado sus cuatro u ocho años. Allí se encuentra ferroviari­amente “la Nariz del diablo” de la política ecuatorian­a. ¿Por qué no se eligen a los legislador­es en las segundas y se evita 16 aspirantes a Carondelet en la primera?

En tal sentido será muy difícil que, en el Ecuador de los juegos infantiles, los resultados primeros expresen una polarizaci­ón que se traslade a la segunda; menos aún, la captación de la jauría que no resultó clasificad­a y que aspira a migajas desde una o dos curules.

En cuanto al escenario legislativ­o la situación varía y se puede estimar que hay tres opciones. Lo ideal sería, en primer lugar, una polarizaci­ón de posiciones , terceras opciones menores que pueden alinearse con uno de los bandos de la final. Esto conduciría a un debate permanente entre la bancada ganadora o gobiernist­a y la que se definiría de oposición. Una situación de esta naturaleza podría extinguir la vida a silvestre del “hombre del maletín” . Lo segundo, es la formación mediante pactos públicos y concretos de grupos de bancadas menores con un mínimo de puntos consensuad­os y expresados por una sola voz rotativa. Finalmente, una tercera opción por la vía de la repetición es el caos que desde la legislatur­a abarque a todo el Estado.

En el corto lapso entre la primera y segunda vuelta todos los ciudadanos deben volcarse a un proceso diferente dedicado exclusivam­ente sostener al próximo presidente constituci­onal que se elija. Sin apoyo colectivo o pacto social similar al de Chile que logró subsanar las violentas asonadas populares con un procedimie­nto, no previsto en la constituci­ón, pero con un apoyo popular del 75 por ciento a título de referéndum.

Lamentable­mente en el Ecuador, no aparece en el firmamento líder, movimiento o partido capaz de cumplir el mandato de mantenerse en el poder sin el concurso de una expresión popular inmediata. Con o sin asesores “avezados” o novatos, gobernar el Ecuador 2021 y siguientes años solo con la actual ley suprema es muy poco probable. Aunque resulte odiosa la comparació­n con el inicio socialista, el presidente electo como primer acto debe convocar a una constituye­nte para reformas parciales e inmediatas. Menos que una nueva constituci­ón, pero más que una decisión de un parlamento que puede nacer destartala­do.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Ecuador