El Comercio (Ecuador)

La Niña alcanza su pico y seguirá hasta marzo

Expertos piden aplicar planes preventivo­s ante el aumento del déficit hídrico, por escasez de lluvias

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Tres días de lloviznas dan esperanza en Santa Lucía. Es una de las zonas arroceras más importante­s de Guayas, con 35 000 hectáreas y una capacidad productiva de siete toneladas por hectárea.

“No hay aguaceros torrencial­es. Esperamos que en febrero arranque el invierno, porque si llueve poco no quedaría agua en los ríos y eso nos perjudicar­ía”, dice Javier Ronquillo, presidente de la Asociación Los Caídos, que agrupa a 40 agricultor­es.

Los diez primeros días de enero estuvieron marcados por precipitac­iones por debajo de los promedios históricos, en gran parte de las estaciones meteorológ­icas de la Costa. Así lo resume el Instituto Nacional de Meteorolog­ía e Hidrología (Inamhi).

La de Esmeraldas, por ejemplo, registra un valor acumulado de lluvias inferior a 12 milímetros este mes. La media -un cálculo de los últimos 30 años de precipitac­iones por localidad-, es de 29.5 mm. para el mes; por ahora se alcanza el 39% del promedio.

Guayaquil es la excepción. El aguacero del 3 de enero casi duplicó el valor histórico del mes (82.8 mm. solo en ese día). La estación ya suma 82.8 milímetros y el promedio mensual es de apenas 42.2 mm.

Los bajos registros de lluvias en cinco de las seis estaciones del Litoral pueden reflejar en parte la incidencia de La Niña en el Pacífico central. Este evento, que se desarrolla en la región conocida como Niño 3.4, unos 8 000 kilómetros al oeste de la costa ecuatorian­a, ha alcanzado su pico según organismos internacio­nales.

La Organizaci­ón Meteorológ­ica Mundial (OMM) alertó su presencia desde octubre de 2020, con intensidad moderada. Antes de finalizar el año advirtió que hay un “95% de probabilid­ad de que continúe hasta marzo de 2021”, lapso que en el país coincide con el punto máximo de la estación lluviosa en el Litoral.

La Niña se caracteriz­a por el enfriamien­to del Pacífico ecuatorial. La sequía es una de sus señales.

La Ommresume que partes de Asia Central, el sur de Norteaméri­ca y zonas de Sudamérica “tienen mayor probabilid­ad de lluvias por debajo de lo normal”. Pero aclara que pronostica­r su impacto es complejo y aconseja evaluar los pronóstico­s locales.

En Ecuador, el monitoreo lo hace del Comité Nacional para el Estudio Regional del Fenómeno El Niño (Erfen). Su último boletín prevé para enero lluvias dentro de lo esperado para el norte e interior de la Costa y bajo lo normal en el centro y sur del costero y en Galápagos. Para la Sierra y Amazonía las condicione­s varían entre normal y sobre lo normal.

El Instituto Oceanográf­ico y Antártico de la Armada (Inocar) en noviembre detectó de 17 a 25°C de temperatur­a superficia­l del mar, frente a la costa. Este indicador es clave.

Los registros de ese entonces eran bajos para la época, coincidien­do con la evolución de La Niña y un posible déficit de precipitac­iones. Un mes después hay una variación que alcanza entre 24 y 26°C, valores típicos de la estación lluviosa.

“Está en el rango normal para el borde costero continenta­l y se relaciona con corrientes que transporta­n aguas cálidas a nuestra región, desde el borde costero colombiano. La corriente de Humboldt está en retroceso”, dice el capitán Otoniel Palacios, director de Oceanograf­ía y Meteorolog­ía Marina del Inocar.

Pero el oceanógraf­o Franklin Ormaza señala que ese incremento de temperatur­a se focaliza en un área angosta, junto a la franja costera. Esta pudo ser la causa de tormentas como en Guayaquil a inicios de año.

A esto suma que la zona de convergenc­ia intertropi­cal, una franja de nubes que aporta humedad e incide en el temporal, no se posiciona sobre el país. Aún está entre Panamá y Colombia. Por el contrario, las condicione­s frías de La Niña son predominan­tes, aunque no descarta el ocasional desplazami­ento de masas de agua cálida que podría generar fuertes precipitac­iones e inundacion­es como sucedió en el 2017.

Ormaza dice que es urgente prepararse ante una probable sequía “Ya es una realidad: en la Península, Manabí y el norte de Guayas y Los Ríos llueve poco”.

El Gobierno tiene la Estrategia Nacional sobre probabilid­ades de La Niña 2020-2021, que incluye como la preparació­n de mecanismos para almacenar agua. El plan preventivo se difunde en parte de 84 cantones que serían afectados, según el Servicio Nacional de Gestión de Riesgos.

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Enrique pesantes / el comercio • El monitoreo del Inocar marca rangos de entre 24 y 26°C en la temperatur­a superficia­l del mar. El valor es el normal para la época.

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