El Comercio (Ecuador)

Portugal reelige al presidente; récord de casos

La gente asistió a los recintos, pese a los récords de muertes y contagios por covid-19

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Ciudadanos lusos acudieron ayer a las urnas con la respectiva mascarilla, en una jornada marcada por récords de muertes y contagios por covid-19. Al cierre de esta edición, Marcelo Rebelo de Sousa, presidente de Portugal y candidato a la reelección, se proclamaba como el vencedor de la primera vuelta según los datos provisiona­les, con el 32% del escrutinio.

Luego de introducir su voto en la urna, Loureno expresó: “Gracias por estar aquí”. Fue un mensaje tan inédito como la situación en la que Portugal eligió Presidente, en medio de una pandemia que atenaza a la población con un récord de muertes y casos nuevos. Votar, en estas condicione­s, exige sacudirse el miedo.

“Gracias a usted por participar”, respondió a Loureno la vicepresid­enta de la mesa electoral, Cristina Oliveira.

Llevó una mascarilla de tela negra, prenda que lució escasa comparada con la indumentar­ia de sus cuatro compañeros de mesa, que tenían visor y mascarilla, o doble mascarilla -una quirúrgica sobre la ffp2-.

“Dentro de las medidas que tenemos en el momento, creo que las cosas se concretaro­n de una forma que permite a todos votar con seguridad. Incluyéndo­nos a nosotros, que estamos en las mesas y que nos hicimos ayer (el sábado) el test del covid”, contó Oliveira.

“Las medidas que tenemos en este momento” son un eufemismo para referirse al confinamie­nto en el que se halla Portugal desde el 15 de enero.

La medida, que no se tomaba desde la primavera del 2020, se volvió inevitable ante el imparable avance de la tercera ola, que ha llevado al país al borde de un nuevo colapso sanitario.

Con la cifra de hospitaliz­ados sin dejar de crecer desde que se inició el 2021 y la variante británica haciendo estragos -su prevalenci­a es del 20%Portugal se ha convertido esta semana en líder mundial en muertes y contagios por millón de habitantes, según datos de la Universida­d de Oxford.

Ya se ha superado la barrera de los 10 000 fallecidos desde que empezó la pandemia, y el país, que tiene 10 millones de habitantes, encadena récords diarios de fallecidos desde el lunes (274 es el último pico).

Además, el sábado -llamado ‘jornada de reflexión’- superó la inédita barrera de 15 000 casos notificado­s en un día.

Es un contexto crítico, en el que la regla de “quedarse en casa” tuvo un paréntesis ayer para ir a votar. Miles de portuguese­s en las primeras horas de la jornada fueron protagonis­tas de largas filas, vistas por todo el país.

“Siempre voté y no será esta la vez que me quede en casa. Cada vez es más importante votar”, afirmó tajante Eulália Frexes, mientras esperaba pacienteme­nte su turno en una calle de Lisboa, en la que también hubo jóvenes, familias con niños y jubilados.

Freixes, que nunca pensó quedarse en casa pese al empeoramie­nto de la pandemia, llevó mascarilla, gel y, tal como se sugirió, su propio esfero.

“El presidente de Portugal -dijo- es un cargo demasiado importante como para optar por la abstención”; que, según los peores pronóstico­s, podía escalar hasta el 70%.

Hasta el mediodía, sin embargo, las noticias fueron positivas, con una afluencia del 17%, dos puntos más que lo registrado a la misma hora en las últimas presidenci­ales, realizadas en el 2016.

“Estamos en un momento gravísimo de la pandemia, pero se ha hecho todo para que la

Sufragio Transcurri­das cuatro horas desde la apertura de las urnas, el 17,07% de los electores votó para escoger al Jefe del Estado, por encima del 15,82% que se registró a la misma hora en el 2016. El favorito es el actual mandatario Marcelo Rebelo de Sousa.

gente pueda ejercer su derecho al voto”, contó el primer ministro, el socialista António Costa, que hizo fila durante media hora para votar.

Costa señaló, además, que sean cuales fueren los datos de participac­ión, no quitarán “legitimida­d” al vencedor.

Cuando Frexes entró a votar, Clara se tensó. Ataviada con un visor, mascarilla y un chaleco que daba cuenta que era parte del equipo de la mesa electoral, su misión era entrar en la solitaria cabina de votación cada vez que salía un elector para limpiarla con desinfecta­nte. “Sin una sola excepción”.

La limpieza fue una de las medidas claves de la jornada electoral, junto con la distancia de al menos un metro, que se indicó con enormes pegatinas en el suelo de los colegios electorale­s, pero también en la calle en la que se forma la fila.

“Votar es seguro” fue el mensaje que repitieron las autoridade­s para estos comicios. La frase buscaba trasladar tranquilid­ad a un país en el que la edad media supera los 47 años, y donde un 20% de la población forma parte del grupo llamado de la tercera edad.

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Todos los votantes llegaron con su mascarilla. Mientras esperaban su turno, respetaron el metro de distancia.
EFE • Todos los votantes llegaron con su mascarilla. Mientras esperaban su turno, respetaron el metro de distancia.

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