El Comercio (Ecuador)

Rescatista­s enfrentan cuadros extremos en accidentes viales

En Quito y en Guayaquil, bomberos realizan cada año más de 500 rescates en las vías

- Fernando Medina. Redactor (I)

El techo del vehículo permanecía sobre el pavimento y los cinco ocupantes no podían salir. El fuerte impacto bloqueó todas las puertas y los pies del conductor quedaron atrapados entre los pedales. El accidente sucedió hace 15 días, en la vía a la Costa de Guayaquil. La emergencia hizo que el ECU-911 pidiera ayuda a la División Especializ­ada de Rescate del Cuerpo de Bomberos del Puerto Principal.

Un equipo de 10 hombres acudió al sitio y en 15 minutos liberaron a toda la familia.

En esa unidad especializ­ada operan 135 miembros formados en rescatar a personas atrapadas en accidentes viales.

Quito, Guayaquil y Cuenca son las ciudades con más personal. Pero en el país, los cuerpos de bomberos de cada ciudad tienen gente entrenada para este tipo de emergencia­s.

El bombero Jorge Montanero es el jefe de este grupo especial en el Puerto Principal y lidera las operacione­s.

En el caso de la familia atrapada en la vía a la Costa, recuerda que cuando llegaron al lugar el conductor ya había fallecido. El resto de ocupantes, entre ellos dos niños, no dejaban de llorar y gritar. Con barras de metal y tacos de madera inmoviliza­ron el auto. Luego, con una grúa hidráulica levantaron levemente el carro y cortaron parte del chasís para sacar a las víctimas.

Montanero indica que en el 2020 realizaron 525 operacione­s. Diciembre y enero son los meses más conflictiv­os.

Para llegar a ser rescatista­s, los aspirantes deben tener cuatro años de experienci­a como bomberos. Luego realizan tres cursos que duran dos años.

En ese tiempo deben aprenden a manejar herramient­as mecánicas como pinzas, cortadoras, grúas, separadore­s y estabiliza­dores que se utilizan en los rescates. Además, son capacitado­s en primeros auxilios y psicología. Parte del protocolo que siguen también indica que por precaución deben inmoviliza­r el cuello y la espalda para evitar lesiones. Por eso, en volcamient­os o choques las víctimas son evacuadas por la ventana de atrás y en camilla.

El entrenamie­nto de los bomberos rescatista­s en Quito es similar. La capital tiene 100 hombres especializ­ados en liberar personas de vehículos.

Carlos Moyano es el jefe de ese grupo y dice que cada rescatista se prepara al menos dos años en técnicas de liberación de personas. Allí les enseñan que ellos son los primeros en tener contacto con los heridos.

En promedio, este grupo de bomberos realiza 500 rescates cada año. Ellos también recogen los cadáveres de los siniestros viales. Uno de los accidentes con más víctimas mortales desde el 2018 sucedió el domingo pasado, en Bolívar. 12 integrante­s de una misma familia falleciero­n cuando el vehículo en el que viajaban a Naranjal cayó a un precipicio.

Cristian Bautista, un bombero que ha colaborado en decenas de salvamento­s en el país, ha vivido esos momentos.

Él recuerda que el trabajo más difícil en sus 15 años de carrera fue liberar los cuerpos de dos hermanos. Eran jóvenes menores de 20 años que se impactaron con un camión en el norte de Guayaquil. El hecho sucedió hace seis años.

Los bomberos de otras ciudades, como Cuenca, también han vivido episodios similares. Allí hay 350 bomberos que actúan en accidentes. Ellos, en los últimos tres meses, han realizado 222 operacione­s en siniestros viales.

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Cortesía • Bomberos de Cuenca realizaron un rescate de personas tras un siniestro vial registrado el pasado 16 de enero.

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