Artesanos bolivianos celebraron la riqueza
La Alasita es una fiesta declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad
Miniaturas de certificados de salud, mascarillas, pruebas negativas de covid-19 e incluso alcancías en forma del nuevo coronavirus fueron parte de la oferta de los creativos artesanos bolivianos para la Alasita.esta es la tradicional feria de la abundancia que se celebró en la ciudad de El Alto pese a la crisis sanitaria mundial.
A diferencia de sus vecinos en La Paz, que aplazaron la esperada feria hasta que bajen los contagios, los feriantes de El Alto instalaron el fin de semana sus quioscos callejeros en la zona de Villa Dolores.
Ni siquiera la lluvia que cayó cerca del mediodía alejó a los vendedores y a la gente que acudió de forma masiva a comprar miniaturas de billetes, maletas, casas, víveres, títulos de bachiller o universitarios, pastelillos y vehículos, con la esperanza de que esos deseos se hagan realidad en el transcurso del año.
Los pedidos de buena salud también fueron frecuentes en esta versión alteña de la festividad.
La Alasita, que significa “cómprame” en aimara, es una de las tradiciones más antiguas de la cultura andina, cuando los paceños bendicen al mediodía del 24 de enero las miniaturas que representan sus aspiraciones y deseos para el año.
La figura principal de esta fiesta, declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco en el 2017, es el Ekeko, la deidad andina milenaria de la abundancia y la fortuna.