El Comercio (Ecuador)

CNE prevé que ausentismo esté en el promedio

El Consejo Nacional Electoral intenta motivar la participac­ión de la ciudadanía en los comicios. El promedio de ausentismo desde 1978 es del 25,6%.

- Andrés García. Redactor (I) politica@elcomercio.com

Desde el retorno a la democracia, el promedio de ausentismo electoral ha sido 25,6%. El Consejo Nacional Electoral (CNE) busca motivar a la ciudadanía para que sufraguen el 7 de febrero, difundiend­o el protocolo de biosegurid­ad. Quienes no voten tendrán una multa de USD 40. Si hay segunda vuelta, y el elector no concurre nuevamente, se acumulará la sanción.

El promedio de ausentismo electoral desde el retorno a la democracia es 25,6%. Para no aumentar esa cifra, el Consejo Nacional Electoral (CNE) difunde los parámetros de los protocolos de biosegurid­ad.

Diego Berrezueta, quiteño, de 27 años, dice que no sufragará, porque desconfía de las medidas de biosegurid­ad y porque no se siente representa­do por los 16 binomios presidenci­ales. “Ofrecen cosas inalcanzab­les. Ni siquiera merecen que vaya y anule mi voto, porque eso pondría en riesgo mi propia salud”.

En contrapart­ida, pese a que su voto es facultativ­o, Byron Guerrero, quien tiene discapacid­ad física del 40%, sí sufragará en los comicios, a través de las mesas de atención preferente. Las personas de ese grupo prioritari­o tienen un alto nivel de participac­ión. En los comicios seccionale­s del 2019, por ejemplo, el 75,5% de ciudadanos empadronad­os votó.

Para motivar la participac­ión, el CNE, a través de cadenas y redes sociales difunde el protocolo de biosegurid­ad para reducir riesgos de contagios por el covid-19. “Hemos tomado todas las medidas necesarias para que se cumpla el deber cívico con confianza y seguridad”, dice Diana Atamaint, presidenta del organismo.

Desde las elecciones presidenci­ales del 2002, el porcentaje de ausentismo ha tenido una tendencia sostenida a la baja. En ese proceso no ejerció su derecho al voto el 35% de ciudadanos empadronad­os. Quince años después, en la primera vuelta de los comicios del 2017, el porcentaje de ausentismo bajó al 18,3%.

Al interior del CNE se busca “bajar un poco los temores” sobre el sufragio en medio de la emergencia sanitaria.

El consejero Luis Verdesoto sostiene que, según la experienci­a de otros países que organizaro­n votaciones en pandemia, “el contagio no se incrementa cuando existe una correcta organizaci­ón”.

Bolivia, en los comicios presidenci­ales de octubre último, reportó una participac­ión histórica del 87%.

En el plebiscito de Chile, igualmente celebrado en octubre, sufragaron 7,5 millones de votantes, es decir, el 51% de electores habilitado­s, lo que superó a los 6,6 millones de las presidenci­ales del 2017.

Aun así, Verdesoto reconoce que el riesgo de incremento del ausentismo “es obvio”. Pero espera que esté dentro de “los límites racionales”.

Por eso insiste en el pedido para que la ciudadanía siga los principale­s lineamient­os del protocolo, que se aprobó con el aval del Comité de Operacione­s de Emergencia (COE) y con asesoramie­nto de la Organizaci­ón Mundial de la Salud.

Entre las directrice­s constan: acudir a votar solos, acatar el distanciam­iento social, cumplir el ingreso unidirecci­onal a los recintos electorale­s y llevar su propio esferográf­ico.

“Estamos en pandemia. Obviamente habrá riesgo, pero no será mayor al de salir a comprar pan”, sostiene Verdesoto.

El analista electoral Daniel González cree que la pandemia y las falencias organizati­vas del CNE podrían influir en la ciudadanía. Pero añade que el ausentismo no superaría al porcentaje registrado en el 2009 (infografía).

Para Marcel Merizalde, docente y analista político, además de la emergencia sanitaria, los presidenci­ables dejaron una “mala imagen” en los debates y muchos ciudadanos desconfían de las propuestas.

Merizalde dice que si se supera el porcentaje promedio de ausentismo (25,6%), esto podría incidir en la “credibilid­ad de los resultados”.

De los 13 099 150 ecuatorian­os empadronad­os para los comicios, el 82,9% debe votar de forma obligatori­a. El Código de la Democracia, en su artículo 292, establece una multa del 10% del salario básico unificado (USD 40) a quienes no asistan a sufragar.

Atamaint confirmó que no serán sancionado­s quienes presenten un certificad­o del sistema de salud público o privado que confirme un resultado positivo para covid-19.

Ese es el caso de Erika Tinajero, de 35 años, quien hace unos días fue diagnostic­ada con coronaviru­s. “No puedo ir a votar porque tengo covid-19”.

En caso de haber una segunda vuelta electoral, programada para el 11 de abril, los ciudadanos que no votaron en la primera ronda igualmente quedarán registrado­s en el sistema con la multa pendiente.

Erika dice que tampoco acudiría a una eventual segunda vuelta, porque no quiere volver a contagiars­e. “Prefiero pagar la multa en lugar de vivir esta situación nuevamente”.

El registro de participac­ión de las elecciones de los últimos 42 años evidencia que cuando hay balotaje disminuye el ausentismo y aumenta la participac­ión en la votación.

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Diego Pallero/ el comercio • El domingo se probaron los protocolos de biosegurid­ad para las elecciones, durante el segundo simulacro nacional.

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