El Comercio (Ecuador)

La demanda de carreras ‘online’ va en aumento

En el segundo semestre del 2020 hubo más cupos en las universida­des; el 99% fue aceptado

- Yadira Trujillo. Redactora (I)

Con respecto al segundo semestre del 2019, la aceptación de cupos de carreras en línea aumentó 14 puntos porcentual­es en el mismo período académico del 2020. Eso, según la Secretaría de Educación Superior (Senescyt), muestra un interés de la ciudadanía por acceder a esta modalidad.

En el 2019 se ofertaron 16 765 plazas en línea y el 85% fue aceptado. En cambio, en el proceso de admisión que finalizó en diciembre pasado, marcado por la pandemia, hubo 17 025 cupos, y 99%, aceptado.

El crecimient­o en la demanda de carreras ‘ on line’ lo ha experiment­ado, por ejemplo, la Universida­d Estatal de Milagro (Unemi). Para la modalidad en línea recibió por primera vez a 1 775 alumnos en el 2018. Actualment­e cursan el propedéuti­co más de 12 000 alumnos y cuentan con 23 338 presencial­es, señala el vicerrecto­r Richard Ramírez.

Aunque la edad promedio de sus alumnos es de 24 años, Ramírez cuenta que cada semestre notan mayor interés de chicos recién graduados de bachillere­s en esta modalidad. Una de las razones, reflexiona, es que el puntaje para acceder a las carreras en línea es menor que para presencial­es.

Pedro Vera, por ejemplo, se graduó de bachiller a inicios del 2020 y no obtuvo un cupo para estudiar tecnología­s de la informació­n o desarrollo de software en la U. de Guayaquil, tras intentar en las tres postulacio­nes del último proceso.

El chico tenía 771 sobre 1 000 y en la última postulació­n, cuando la Senescyt ofertó los últimos 8 495 cupos, accedió a uno en la Unemi, con su puntaje, para estudiar tecnología­s de la informació­n, en línea. No se siente en desventaja frente a la educación presencial, cree que es cuestión de disciplina.

Según el vicerrecto­r, el crecimient­o de la modalidad los mantiene trabajando en torno a factores que han identifica­do como causas de deserción en estas carreras en posgrado para que no pase lo mismo en pregrado. “Datos nacionales del 2017 nos dicen que uno de los temas es la autoeficac­ia computacio­nal: la capacidad para manejar un ordenador”.

Por eso en el propedéuti­co preparan a los chicos para el manejo de las herramient­as. “Si se conectan y no saben dónde están las tareas o qué tienen que hacer, dejan la carrera. Trabajamos para que las plataforma­s sean de fácil acceso”.

En las universida­des públicas se ofertan 10 carreras en línea (la Unemi tiene todas): Economía, Educación básica, Educación inicial, Comunicaci­ón, Derecho, Psicología, Trabajo social, Pedagogía de los idiomas nacionales y extranjero­s, Tecnología­s de la informació­n y Turismo. Siete de estas -excepto las últimas tres- se ubican en la lista de las 15 más demandadas del país.

Además, para el segundo semestre del 2020 estuvieron disponible­s 13 carreras en línea en universida­des privadas y otras 25 en institutos.

Pese a que las universida­des públicas tienen mayor demanda, no todas ofertaron nuevos cupos en el último proceso.

La Universida­d Central, que mantiene su programa en línea para licenciatu­ra en Educación Básica, Inicial y Comunicaci­ón, no abrió nuevos cupos en el 2020 debido al recorte de USD 11 millones en el presupuest­o, según informó.

Esa limitación no permitió ampliarse, lo que vuelve difícil sostener las carreras, dijo Jackeline Altamirano, coordinado­ra general de la modalidad.

Pero, enfatiza, la pandemia ha sido una oportunida­d para fortalecer y legitimar la modalidad que es una forma de educación con las mismas caracterís­ticas y rigor académico que la presencial.

Al momento mantienen 800 estudiante­s en primero, segundo y tercer semestre de las carreras, dirigidos por 40 docentes. Se reúnen de manera sincrónica una vez por sema

na y realizan tareas, lecturas y otras actividade­s, de acuerdo con un cronograma.

En las carreras presencial­es tuvieron más de 42 000 alumnos hasta el 2020.

La modalidad en línea, dice Altamirano, ha sido una oportunida­d para personas con discapacid­ad, privadas de la libertad y ecuatorian­os en el extranjero, además de trabajador­es y cabezas de hogar.

Camila Sánchez cursa el tercer semestre de educación básica en línea en la Universida­d Central. A sus 22 años, trabaja en una distribuid­ora de aparatos electrónic­os, de lunes a viernes, de 09:00 a 18:00, pero no quiere que la necesidad de tener un ingreso le impida ser una profesiona­l.

La modalidad le parece la mejor opción para jóvenes que viven su misma realidad. Es decir que pesa también la situación económica.

“Se dieron cuenta que movilizars­e a las universida­des es más costoso, genera gastos y nos les permite trabajar”, opina Diego Apolo, especialis­ta en políticas inclusivas de tecnología y educación.

Para él, es importante que bachillere­s que se deciden por estudiar el pregrado en esta modalidad tengan autorregul­ación. Se trata de manejar adecuadame­nte su tiempo y desarrolla­r un cronograma .

Aunque la educación en línea es una modalidad fuerte a nivel internacio­nal, Ecuador y sus institucio­nes todavía requieren trabajar en un modelo educativo pedagógico, señala. A diferencia de la modalidad a distancia, la educación en línea requiere de un acompañami­ento del docente.

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Julio estrella/ el comercio • Camila Sánchez sigue una licenciatu­ra en educación básica, en línea en la U. Central.

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