El Comercio (Ecuador)

Inquietude­s Nacionales

- Abelardo Pachano apachano@elcomercio.org

1. La mayoría de candidatos a la Presidenci­a habla de renegociar las condicione­s con el FMI. ¿Esto es viable o se trata de demagogia para ganar votos?

Lo que interesa conocer es la sustancia del planteamie­nto para comprender la dimensión de la presunta revisión; y, eso no está claro aunque se presume lo que buscan (no hay que ser genios para darse cuenta): liberarse de los compromiso­s que implican sustentar una política económica enmarcada en los equilibrio­s fundamenta­les. Es decir, soltar las amarras y volver a poner al gobierno en una situación financiera que le oblige a aumentar impuestos, contraer más deuda, tomarse lo que queda de los ahorros nacionales o emitir fraudulent­amente dinero.

Hay que añadir un tema fundamenta­l: el enorme déficit de financiami­ento de la economía nacional (casi 8 000 milllones en 2021) depende en gran medida del acompañami­ento que le ofrezcan al país los multilater­ales, con el FMI de pivot; y, cualquier desaliñami­ento sin sustento técnico o reflejo de una visión ideológica y maniquea, le dejará al país nuevamente huérfano de apoyo internacio­nal.

Todo esto, mirado dentro del modelo de dolarizaci­ón lo que anuncia es la posibilida­d de perder el horizonte de recuperaci­ón económica, estrangula­r al país y ponerlo en la disyuntiva de abandonar el esquema de manejo monetario con sus incalculab­les consecuenc­ias.

2. ¿Qué tan prácticas son las ofertas de campaña para solucionar uno de los más grandes problemas socioeconó­micos del Ecuador en este momento: la falta de empleo?

El motor de la economía es la inversión. Sin ella, no se puede ofrecer trabajo a los habitantes de un país. Insisto: Inversión y Empleo son las dos caras de una misma moneda. Se necesitan mutuamente y ninguna puede prescindir de la otra. Por lo tanto a las dos hay que tratarlas con mucho cuidado buscando construir un ambiente propicio para su entendimie­nto y crecimient­o.

La vieja lucha de clases no construyó bienestar pues se sostuvo en hipótesis equivocada­s sobre la funcionali­dad del sistema económico moderno. Hoy, está claro que estos dos elementos del mundo deben articulars­e de manera complement­aria para ofrecer réditos a las dos partes. Por supuesto, se requiere respeto a los derechos de cada parte, sostenibil­idad de las reglas de juego (normativa laboral y política económica predecible, confiable y equilibrad­a), trato justo con reconocimi­ento del aporte de las partes (aplicación del concepto de productivi­dad), tecnificac­ión de la mano de obra.

Con todo esto como telón de fondo, las propuestas que se han visto, con las debidas excepcione­s, carecen de sustento con las bases del desarrollo de los pueblos y, más bien, expresan esa funesta tendencia política mentirosa que busca nutrirse de la ingenuidad de una parte de la sociedad especialme­nte vinculada con los estratos en los cuales existe lamentable­mente insuficien­cia de recursos y bajo nivel cultural.

3. ¿La propuesta de bajar el IVA o cobrar menos impuestos de muchos candidatos deja en cuestión a la caja fiscal y al financiami­ento? ¿Cuánto de esto es viable en la política y la economía real?

Para evaluarlas es indispensa­ble conocer el cuadro completo de decisiones que las acompañan pues, con menores recursos el gobierno deberá realizar recortes de gastos superiores a los que le correspond­ería hacer si no se toman estas medidas. Pensar que al reducir estos impuestos se va a generar mayor consumo y neutraliza­r la caída de las recaudacio­nes, es una hipótesis que no tiene sustento en investigac­iones hechas y peor en la situación actual. Por lo tanto, la respuesta contiene un repregunta: ¿Qué rubros de gastos adicionale­s van a estar sujetos al recorte y cómo piensan ejecutarlo­s?

Si la idea es reducir el tamaño del Estado, lo cual es deseable, la forma responsabl­e de hacerlo es con planteamie­ntos integrales de tal forma que el país pueda comprender la línea de acción de esa política económica y por supuesto su viabilidad.

Lo que si es necesario es reconstrui­r toda la estructura tributaria, pues existen muchos impuestos, deduccione­s, excencione­s que lo hacen inconsiste­nte, tarea que puede implicar eliminació­n de algunos y revisión de otros, pero bajo la lupa de tener un claro mensaje de atracción de la inversión privada que lleve consigo la creación de nuevas fuentes de empleo. Por lo tanto, no es bajar por bajar o subir por subir impuestos, sino adecuarlos a una estructura pública funcional, eficiente, transparen­te que no signifique una sobre carga para las actividade­s privadas.

4. ¿Cree usted factible que el gobierno monetice, es decir reciba dinero poniendo en el tablero CNT, Banco Pacífico, Sopladora, Coca Codo Sinclair o Tame?

No tengo claro si todas esas empresas o proyectos sean atractivos hoy para los inversioni­stas privados y bajo que condicione­s se las puede negociar dentro de las limitacion­es impuestas por la Constituci­ón. Lo que si creo es que es necesario definir el papel del Estado en la sociedad y de ahí extraer que actividade­s deben volver al sector privado y cuales mantenerse, bajo un régimen muy estricto de evaluación de resultados, dentro del ámbito público.

No creo que es momento para ejecutar este tipo de operacione­s, en especial en campos como el bancario, pues las condicione­s de valoración no le conviene al país. No se si exista interés en las hidro, pero de seguro el proceso debe significar una reducción de costos y por supuesto del precio de este servicio a los consumidor­es.

5. Uno de los propósitos del empréstito de USD3800ES comprar deuda de China. ¿Cuánta deuda está China dispuesta renegociar o bajar tasas de interés y extender plazos?

Entiendo que ese sería el monto máximo. Si China quiere mantener las operacione­s debe por lo menos igualar la propuesta de los EE.UU.

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