¿CÓMO SE ORIENTA EL CEREBRO?
Hay tres partes de este órgano que se coordinan para ubicarnos y predecir adónde van los demás. Solo los humanos tienen esta capacidad.
Debido a la llegada de la pandemia, la distancia física con otras personas se ha vuelto más importante. ¿Cómo procurar mantener el distanciamiento? La respuesta está en el cerebro, que dice en qué punto se ubica una persona respecto de otras y de los objetos.
De hecho, los cerebros son rastreadores por naturaleza y son capaces de determinar la ubicación y destino de los individuos. Un equipo de científicos publicó en Estados Unidos un estudio sobre cómo este órgano logra desarrollar la habilidad de encontrar sus referentes geográficos.
Los investigadores de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) escanearon los cerebros de personas a las que se les dio libertad de moverse en un sitio determinado.
Para el estudio crearon un escáner cerebral móvil, compuesto por una mochila y una computadora conectada de forma inalámbrica a electrodos implantados en el cerebro de los participantes.
Cada paciente usó la mochila y se le indicó que explorara una habitación vacía, encontrara un lugar determinado y lo recordara en otras búsquedas.
Mientras caminaban, la mochila registró sus ondas cerebrales, movimientos oculares y trayectorias a través de la habitación en tiempo real.
A medida que los participantes registraban el espacio asignado, sus ondas cerebrales fluían en un patrón específico. Curiosamente, estas aparecían de manera similar cuando los pacientes se sentaban en una esquina de la habitación y veían a alguien más acercarse a la ubicación determinada.
La neurobióloga Nanthia Suthana, quien encabezó la investigación, explica que analizaron cómo reacciona el cerebro cuando un individuo navega por un espacio físico, primero solo y luego con otros.
Los resultados mostraron que el cerebro humano crea un código que permite que una persona se ponga en el lugar de otra, mientras se traslada.
Las investigaciones en este campo tienen precedentes. En efecto, el profesor John O’keefe y el matrimonio de neurocientíficos May-britt y Edvard Moser recibieron el Premio Nobel en Medicina en el 2014 por descubrir las neuronas que permiten el posicionamiento en ratones, las denominaron ‘células de lugar’.
Cuando un roedor decidía qué camino tomar para volver a su madriguera, las ‘neuronas de lugar’ de su hipocampo se disparaban en una secuencia que representaba los puntos sucesivos de la trayectoria que después seguiría. No se trataba de un camino recordado, sino de una verdadera hoja de ruta, análoga a la que el GPS ofrece a un conductor confundido.
El nuevo experimento, realizado en la UCLA, da cuenta ahora de que hay un sistema similar en el cerebro humano, pero más sofisticado: este permite determinar no solo la ubicación propia, sino predecir la de quienes rodean inmediatamente al individuo.
Se pudo demostrar que el cerebro humano tiene ‘células de lugar’ pero además ‘ de red’, que componen un GPS interno. Se ha precisado también que estas se ubican en la denominada ‘corteza entorrinal’ y se comunican con el hipocampo, para que el sistema funcione correctamente.
El neurólogo Eduardo Arciniegas señala que se trata de dos de las zonas más profundas y protegidas del cerebro. Explica que el hipocampo tiene un papel esencial en la formación de memorias y en la recolección de datos. Detalla que en los enfermos de alzhéimer, esas dos áreas del encéfalo sufren daños. Por eso, los pacientes tienen problemas para orientarse y llegan a perderse fácilmente.
Pero, según el estudio, no son las únicas áreas que intervienen en la ubicación: el córtex prefrontal es clave también a la hora de planificar nuevas rutas y resolver problemas, como qué hacer si se toma un camino equivocado.
El equipo de investigadores concluyó que las ondas cerebrales son generadas por múltiples grupos de neuronas que codifican específicamente a otras personas, bordes, objetos y también límites.
El neurólogo Arciniegas añade que algunas investigaciones muestran que hoy en día existe una menor activación de las áreas cerebrales dedicadas a la orientación espacial. Esto es debido a la utilización de los modernos sistemas electrónicos de navegación.