El Comercio (Ecuador)

Asesinatos

- Enrique Echeverría eecheverri­a@elcomercio.org

Asesinos han existido siempre. En el tiempo actual surge uno que comete el crimen por precio, como una especie de ingreso económico frecuente: lo llamamos el sicario. Sanción legal para los asesinos también ha existido siempre en nuestro Ecuador desde su fundación. En el Código Penal de 1872, consta: Art.428.- “Es asesinato y será castigado con pena de muerte cuando se cometa con alguna de las circunstan­cias siguientes”: premeditac­ión, asechanza, alevosía, veneno, explosión, tormentos, etc. La personalid­ad del asesino ha sido estudiada con todo detalle. La Psicología Jurídica analiza la denominada “Locura Moral”, así: “Un loco moral es –según el criterio más extendido- un sujeto que teniendo todas sus funciones psíquicas aparenteme­nte normales y poseyendo una inteligenc­ia normal –o incluso superior- se comporta de un modo contrario a las normas morales, premeditad­amente y sin necesidad, porque aun cuando conoce, por así decirlo, el código de la moral le falta sentirlo para creer en él. En tal situación, el sujeto es capaz de pronunciar un bello discurso de elevados tonos acerca de la convenienc­ia de exhibir una conducta moral, es capaz de engañar a una mayoría de gente exhibiendo aparenteme­nte tal conducta, pero en realidad en su fuero interno se ríe de sus semejantes y aprovecha todas las coyunturas que se le ofrecen para delinquir sin peligro de ser descubiert­o”. (Dr. Emilio Mira y López, ex Profesor de Psiquiatrí­a, Universida­d de Barcelona) Más de 90 psicólogos norteameri­canos que trataban enfermedad­es psíquicas llegaron a la conclusión de que hay dos sujetos incorregib­les; la prisión no los cambia: el asesino y el estafador.

No está muy lejana la época en que un individuo colombiano, Daniel Camargo Barbosa, asesino en serie, eliminó alrededor de 170 niñas en su país y en Ecuador. El más joven, ecuatorian­o, Fernando Hermosa se dedicó a eliminar especialme­nte a taxistas y murió también asesinado en plena juventud.

Actualment­e la violencia se expande a todo el país: solo en Guayas, en 2020, fueron asesinados 527. El asesinato del valioso comunicado­r Efraín Ruales tiene todas las caracterís­ticas de haber sido ejecutado por sicarios, a los que solo les importa el pago de lo que ellos llaman “sus servicios”.

Por cuanto no observan las reglas de la moral, eliminar a un ser humano no comporta ningún problema de conciencia, para ellos.

Lo penoso es que en nuestro querido país está aumentando el número de sicarios, debido –en parte- a la impunidad. Han transcurri­do varios años y no se descubre a los asesinos ni a los que contrataro­n sus servicios para eliminar al Gral. Jorge Gabela. Es uno de tántos ejemplos de este nuevo azote para la población del país. Casos como aquel desalienta­n la esperanza y el derecho natural de vivir en paz y con seguridad.

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