No más burla en la política
Más allá de los resultados de las elecciones presidenciales y legislativas y una vez que concluya este proceso, el país debiera empujar y presionar hacia una reforma política estructural, profunda, porque este modelo del socialismo del siglo 21 no da más, ha fracasado y ha contribuido a profundizar la crisis. No se puede permitir la dispersión de tantas organizaciones políticas y candidatos, que resta legitimidad. Cómo pueden subsistir 280 movimientos y partidos nacionales y locales, que se refleja en la proliferación de candidatos (inédito 16 en una papeleta presidencial).
No hay principios ni tantas ideologías sino caciques, que manipulan a sus organizaciones y ofertan candidaturas sin importarles quiénes son ni de dónde provienen. De qué democracia interna se puede hablar en la mayoría de organizaciones. Hacen planes de gobierno solo para cumplir con las exigencias de rigor. No importa que hasta copien del internet y presenten al organismo electoral solo para cumplir con la formalidad, lo que resulta una burla. Todo para llegar al poder.
La falta de control electoral ha sido evidente incluso se ha observado uso y abuso de todo en la campaña, con la anuencia de la justicia electoral, que es de última instancia y que pretendiera obligar a nuevos plazos en la calificación de candidaturas, más allá de las normas vigentes a las que se había sometido el resto de candidatos. Eso no genera seguridad jurídica ni garantías.
Ha faltado acción en los controles para frenar la entrega de dádivas y el manejo del dinero que circula en la campaña. No hubo la entrega oportuna de todos de los reportes de gastos. Algunos candidatos se burlan de la ley. Irrespetaron en campaña las normas de bioseguridad en medio de la pandemia. Inaceptable que dejen participar con promociones a un sentenciado que está prohibido por la Constitución y la ley.
La estructura política debiera cambiar y volveralostrespoderesdelestado, conlaeliminación del Consejo de Participación Ciudadana y el rescate de la Función Legislativa, que ha fracasado y por ello su escasa credibilidad. No es compatible que en un concurso público le exijan aunprofesional estudios decuartonivel y que a la Asamblea pueda llegar cualquiera, que luego no rinde cuentas y se burla de sus electores, aunqueelproblemanoseadetítulos.
El país debe estar consciente que están en trámite enmiendas constitucionales, con el respaldo de más de 300 mil ecuatorianos, que se pronunciaran por la eliminación del Consejo de Participación, la independencia y fortalecimiento de la Fiscalía y la Asamblea de dos Cámaras, como la mayoría de países tiene, salvo algunos que están en la ruina y que son malos ejemplos como Venezuela. Por ello los ciudadanos deben tomar conciencia, hacer prevalecer sus derechos e impedir que siga esta burla.