Consecuencia de la desigualdad
Los finalistas deben profundizar sus propuestas para bajar la dramática inequidad que soporta la mayoría de la gente y enfrentar la crisis económica y social profunda que sufre el Ecuador, anunciando las medidas correctas que tomarán. En la segunda vuelta ya no caben planteamientos en el aire porque el pueblo está saturado del populismo infantil. ¿Quién puede creer que pueda hacer obra pública si no hay ingresos fiscales o que la dependencia del endeudamiento va a terminar sin pagar la deuda? ¿Quién puede creer que se puede inventar dólares falsos para regalar a los pobres y al mismo tiempo mantener la dolarización? Ésta debe ser fortalecida con hechos y no con palabras insinceras, para que no seamos empujados al abismo que aumentará la pobreza como en Venezuela.
Si leemos los resultados de la primera vuelta vemos que hay una reacción clara del pueblo contra la desigualdad que ya es secular en la sociedad ecuatoriana y que hay nuevos actores que han recibido el apoyo especialmente de los jóvenes que privilegian otros valores. Por esto el Ecuador precisa de un pragmatismo responsable por parte de quien gane la Presidencia, para convencer a los electores con propósitos correctos y viables, que se puedan alcanzar con los pocos recursos que tenemos.
El periodismo tiene que ser cuestionador para obligar a los finalistas que digan cómo van a financiar las ofertas clientelares, con qué dinero van a invertir en infraestructura para la reactivación económica, cómo van a ordenar la economía para bajar el riesgo país a menos de 100 puntos para que venga el crédito y la inversión. Así se ayudará a los electores no informados a pensar dos veces, a emitir un voto consciente y útil para salir, a base del sacrificio de todos, de la parálisis en que nos encontramos.
Otro aspecto básico es saber con qué equipos de gente cuentan los candidatos. Si tienen personas competentes y de alto nivel que posean una formación académica sólida, que hayan demostrado capacidad de gestión en el sector público y acrediten experiencia política para resolver los problemas muy complejos que deben enfrentar. Los candidatos finalistas deben mostrar que su equipo de gobierno no es improvisado para decidir bien con un liderazgo fuerte que inspire confianza y asegure credibilidad.
El líder debe tener las condiciones necesarias para hacer alianzas políticas que confluyan hacia bloques mayoritarios en la Asamblea a fin de asegurar una gobernanza exitosa y correcta para el momento que vivimos. Con qué bloques contaría para hacer leyes justas, equitativas y viables, pues de lo contrario la ingobernabilidad esterilizará cualquier esfuerzo de racionalismo político. Algunos de los 14 catorce ex candidatos que han mostrado preparación y capacidad pueden colaborar en la acción inclusiva de gobierno y en el ámbito legislativo. Y, por lo pronto, vacunar masivamente para retornar rápido a la normalidad.