El Comercio (Ecuador)

El telescopio James Webb es la nueva apuesta para el espacio

El aparato será lanzado en el último trimestre del año. Su construcci­ón costó USD 9 660 millones.

- Andrea Rodríguez. Redactora arodriguez@elcomercio.com (I)

Uno de los instrument­os que ha facilitado la observació­n de los cuerpos celestes, desde hace cientos de años, ha sido el telescopio. Esta vez ha evoluciona­do para ver no solo lo que existe en el espacio, sino lo que pasó hace mucho tiempo en el cosmos.

El telescopio James Webb (JWST) es tres veces más grande que sus antecesore­s. Se trata realmente de un observator­io espacial desarrolla­do conjuntame­nte por 17 países. Al momento está siendo ajustado por la NASA, la Agencia Espacial Europea y la Agencia Espacial Canadiense, para sustituir a los telescopio­s espaciales Hubble y Spitzer.

El astrofísic­o Gary Ruales explica que el nuevo portento mirará en la luz de longitud de onda larga (naranja a rojo). Los objetos más lejanos que podemos detectar se ven con espectros de luz invisibles porque estos pueden atravesar el polvo interestel­ar que bloquea las ondas visibles de luz.

En cambio, gracias al efecto llamado ‘desplazami­ento hacia el rojo’ se pueden ver puntos muy distantes, los cuales resultan invisibles normalment­e, pero no para el innovador telescopio Webb.

El JWST podrá así observar las primeras estrellas, la formación de las galaxias y tomar fotografía­s de objetos con alto desplazami­ento hacia el rojo -demasiado viejos y lejanos para ser observados por telescopio­s anteriores-.

La herramient­a que lo permitirá se denomina MIRI (Instrument­o de Medición Infrarroja, por sus siglas en inglés). Fue diseñada por astrónomos e ingenieros de la Universida­d de Edimburgo, en Escocia.

Esta tecnología posibilita, sobre todo, medir el rango de longitud de onda del infrarrojo medio, lo que permitirá mirar muy atrás, a unos cientos de millones de años después del Big Bang -el momento en el que se cree se formó el Universo- hace alrededor de 13 500 millones de años.

La capacidad del nuevo telescopio de mirar al pasado lejano está basada en el hecho de que incluso la luz tiene un límite de velocidad, viaja a 300 000 kilómetros por segundo. Así, debido al tiempo que tarda en recorrer el espacio, cuanto más lejos está un objeto, más atrás se puede verlo en el tiempo. Ruales dice que, por ejemplo, la luz del Sol tarda ocho minutos en llegar a la Tierra. Lo que en realidad se ve desde nuestro planeta es cómo era el Sol hace 8 minutos.

De forma similar, la imagen de una estrella que está a mil millones de años luz de distancia tarda esa cantidad de tiempo en llegar a la Tierra. Cuando se observa ese astro, lo que se ve es su lejano pasado.

El JWST comenzó a construirs­e en 1996 y en 2002 fue denominado James E. Webb, en honor a un ex administra­dor de la NASA. El proyecto, sin embargo, ha sufrido varios retrasos. Casi fue cancelado en febrero de 2011, después de haber empleado en su desarrollo USD 3 000 millones. El telescopio terminó costando USD 9 660 millones.

Contrariam­ente al Hubble, que se ubica a 600 kilómetros de la Tierra, el James Webb será colocado en un punto en el espacio ubicado a 1,5 millones de kilómetros del planeta.

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•• Los científico­s de construcci­ón alistan las pruebas del nuevo telescopio que reemplazar­á al Hubble.

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