Vivir bajo riesgo político
Los análisis prospectivos sirven para ayudar a tomar decisiones más acertadas tanto en el ámbito público como en el privado. El concepto de riesgo político es antiguo, y puede afectar los objetivos políticos de gobiernos o los resultados de un negocio determinado, y su gama es amplia pudiendo ir desde conflictos internos, corrupción, terrorismo, activismo social, amenazas de ciberseguridad, entre otros.
Así, es preferible usar una metodología para medirlo a no hacerlo.
En esta metodología se incluyen indicadores, que dependerán de cada usuario.
De allí, que el cambio social experimentado en Latinoamérica en la última década, que ha significado nuevas demandas, recién ahora se está incorporando a los instrumentos de medición del riesgo político, lo cual explica la tardía reacción de quienes nos gobiernan y así no haberse adelantado a los hechos.
En gran parte estas demandas se producen como consecuencia del aumento de la brecha entre la riqueza creciente en muy pocas manos y la pobreza en casi el 85% de nuestras poblaciones. Ello hace que quienes son responsables de planificar estratégicamente nuestras políticas de desarrollo, deban aguzar su mirada sobre estos movimientos sociales que ya no responden como antaño a liturgias partidistas.
Ya sabemos que el crecimiento de nuestros países se encuentra estancado, y que el número de connacionales en estado de pobreza ha crecido de la mano de la pandemia.
A la crisis económica debemos sumar la de gobernabilidad, y que en este marasmo de creciente complejidad quienes se frotan las manos son quienes actúan al margen de la ley, viéndose un aumento de la delincuencia.
Aunque con ritmos diferenciados, nuestros países han iniciado sus campañas de vacunación contra el covid 19, por lo que se espera que hasta finales de año, todos los habitantes de nuestros países habrán recibido sus dosis, con lo cual la declinación de la pandemia será ostensible, sin perjuicio de lo cual no debemos relajarnos y cruzarnos de brazos?
La respuesta es no, porque las economías y el cuerpo social de nuestros países quedarán muy afectados, obligando a nuestros gobiernos a adoptar medidas de emergencia y ayuda inmediata.
Desde ya, podemos adelantar que las metas que se sustentan en los Objetivos de Desarrollo Sostenible al 2030 (ODS) no se podrán alcanzar.
De manera, que la humanidad pero particularmente los menos favorecidos deberán resignarse a seguir viviendo bajo la línea de la subsistencia.
Por ello, aceptando que el riesgo político existe, se puede prever siempre que quienes nos gobiernen acepten y entiendan que los imprevistos se pagan caro.