Independiente busca recuperarse en Ambato
Los rayados visitan al Macará. El DT Paiva reconoce los errores del debut.
Renato Paiva es locuaz y amable, pero frunció el ceño cuando en la rueda de prensa telemática del pasado jueves le increparon por una supuesta falta de profundidad de su equipo en el partido inaugural de los rayados ante el Orense.
“Creo que no jugamos un buen partido, pero no estoy de acuerdo en que se diga que nos faltó profundidad. Realizamos 13 remates, la mayoría de ellos directos al arco. Es cierto que nos faltó continuidad, más en el segundo tiempo que en el primero”.
Paiva debutaba en el fútbol local en aquel partido del pasado domingo, en el estadio 9 de Mayo de Machala. Pese a que en la víspera de aquel compromiso aseguró que solo haría matices al juego de posición que el equipo realizaba de la mano de Miguel Ángel Ramírez, Independiente lució confundido por largos tramos, como si el libreto se les hubiese olvidado a sus futbolistas.
“Yo creo que son cuestiones del debut. La idea siempre es la misma: intentar atacar al rival, adueñarnos del balón, presionar desde los primeros minutos. No queremos ganar el torneo de la posesión; y tendremos que ser más efectivos”,
EFernando Guerrero (i), en una acción del partido del pasado domingo ante Orense, en Machala.
el nivel”, reconoce.
Hoy, Independiente y su entrenador vuelven a ponerse a prueba. Desde las 16:30, los rayados se enfrentan con Macará, que también tuvo un traspié en el primer partido del torneo. El equipo de Eduardo Favaro perdió 3-1 ante Guayaquil City, en un cotejo en el que tuvo el esférico, presionó al rival en su propia cancha, pero no pudo contener sus transiciones de defensa a ataque.
Independiente anunció, durante la semana, la contratación del boliviano José María Carrasco y el préstamo del delantero nacional Joffre Escobar, que viene de jugar en el Huachipato chileno.
De acuerdo con el cuerpo técnico, en poco tiempo los dos futbolistas estarán a su disposición para alinearlos, pues vienen haciendo pretemporadas con sus exclubes.
Independiente intenta mejorar su rendimiento, para afrontar el torneo y después la Copa Libertadores. Su agenda será ajustada desde la próxima semana. El 9 de marzo tendrá que visitar a Unión Española, en el partido de ida de la fase 2 de la Copa Libertadores. La vuelta será en Quito, el 16. stamos empezando a acostumbrarnos a que clubes importantes caigan en un permanente estado de angustia, pero no por las derrotas en la cancha sino por las deudas y el temor de la extinción. No estoy hablando de experimentos familiares o de aventuras de un puñado de románticos que tuvieron su momento de gloria y luego se apagaron (Everest, Filanbanco, Espoli...), sino que me refiero a equipos campeones, con hinchadas grandes.
Y esa angustia no es la de descender a la Serie B por una mala campaña. Hablo de la desaparición pura y dura. El (mal) ejemplo de Deportivo Quito no ha sido aprendido por algunos dirigentes. Ahí está El Nacional, ahogado en deudas y en una crisis de identidad sin precedentes, tan compleja que ni los militares se meten, que está por aplastar al club más ganador de la Sierra. Ahí está el Deportivo Cuenca, que a pesar de ser un equipo con hinchada fiel, ha estado en crisis económica varios años.
Y ahora se suma el Olmedo, club centenario de Riobamba que, si alguien no lo rescata, camina hacia el descenso. El ‘Ciclón’ tiene los mismos síntomas que permiten augurar la autodestrucción. Pugna interna de directivos. Finanzas endebles. Los jugadores sienten la inestabilidad que implica el (¿ahora sí?) implacable control del ente rector del fútbol.
Quizás ha llegado la hora de discutir si una Serie A de 16 equipos es inviable. La presión económica de jugar en esa categoría es enorme. En Ecuador, basta un torneo liguero de medio año. Estirar la Serie A desgarra a los clubes.