Elevada demanda de UCI alerta a médicos
En la semana que finalizó, Ecuador ya superó los 340 000 casos de covid-19. La situación actual es complicada porque las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) están saturadas y hay listas de espera incluso para pacientes estables.
Con estos antecedentes, el epidemiólogo Mauricio Espinel proyecta que disminuirá la demanda hospitalaria, para subir nuevamente en las primeras semanas de mayo.
¿Por qué? El tiempo de incubación que tiene el virus. Explicó que la situación actual es el resultado de la primera vuelta electoral y del feriado de Carnaval, más la indisciplina ciudadana provocó la reproducción de contagios. “La gente se infectó y durante 12 a 14 días transmitió el virus a otros”.
Espinel está preocupado porque en lo que queda de este mes y el siguiente se continuará sin camas disponibles en UCI. No solo es el covid-19, señala, “porque los operados del cerebro, del corazón o los accidentados de tránsito también requieren este servicio, entonces si se libera una cama, enseguida se ocupará”.
En el Hospital del IESS Quito Sur, uno de los centinela para la atención de covid-19 desde el inicio de la emergencia sanitaria, por ejemplo, la capacidad hospitalaria estuvo al 138% al finalizar la semana.
El sanatorio ha atendido a 86 000 pacientes con sintomatología respiratoria durante la pandemia y hasta el viernes registró 427 personas hospitalizadas y 39 a la espera de una cama.
En el área pediátrica de covid-19 estuvieron 14 pacientes y en UCI 49. Una lista de espera de 83 pacientes para UCI, que fueron acomodados en cuidados intermedios, se reportó hasta el viernes, además de otros siete críticos en área de emergencia.
“La transmisión del virus continuará por al menos un año más, hay que cuidarse”, enfatizó el médico Espinel, por lo que es necesario implementar campañas de educomunicación dirigidas, sobre todo, a los jóvenes que se han relajado.
También, dice, es importante que el Gobierno negocie con nuevos desarrolladores de vacunas que están en curso. Y que por fin se realicen barridos con pruebas de antígenos para evitar o frenar la transmisión.