Copa américa
Messi y Neymar, frente a frente por el mismo sueño: levantar la copa. La final se jugará en el mítico Maracaná, a las 19:00.
QBrasil y Argentina, la final soñada de dos estrellas
Brasil, el anfitrión, y Argentina jugarán la final de la edición 47 de la Copa América hoy a las 19:00, en Río de Janeiro. Ambas selecciones volverán a enfrentarse en una final del torneo más antiguo del continente después de 14 años. El clásico sudamericano atrapará la atención del mundo y las cámaras seguirán cada movimiento y acción del duelo entre Messi, el 10 de la albiceleste y Neymar, de la ‘canarinha’.
Las estadísticas marcan que será el juego 11. Como antecedente, Argentina venció en ocho finales de manera consecutiva: 1921, 1925, 1937, 1945, 1946, 1957, 1959 y 1991. Mientras que Brasil solo se impuso en dos finales 2004 y 2007.
El cotejo tendrá algunos matices. Por ejemplo, será otra oportunidad de oro para que Messi logre algo con la Selección de su país.
La ‘Pulga’, el 10 del FC Barcelona de España, intentará alzar su primer título con la Selección mayor y romper una maldición de 28 años sin trofeos del equipo gaucho. Desde la Copa América de 1993, Argentina no puede gritar campeón.
Ha disputado cuatro finales más, pero no ha podido levantar una copa. Los argentinos se quedaron con el subcampeonato de la Copa en el 2004, 2007, 2015 y 2016. En estas dos últimas ediciones, Messi quedó frustrado.
Con 34 años cumplidos en plena realización del torneo en suelo brasileño, Messi sabe que el inexorable paso del tiempo va acelerado y es la gran ocasión para lograrlo.
Con 34 años cumplidos en plena competencia, el 10 de Argentina sabe que es la oportunidad de ser campeón.
Sin embargo, no es fácil. En las páginas de la historia del torneo consta que el ‘Scratch’ nunca ha caído derrotado cuando ha sido local en el torneo de la Conmebol. Y los números lo sustentan: cinco veces anfitrión y cinco veces campeón. La misma ilusión que tiene Messi la tiene ‘Ney’.
El 10 del PSG también quiere ganar su primera Copa América, luego de perderse la edición del 2019 por lesión.
En esta edición ha sido protagonista y no se ha guardado su ilusión. “Era la final que siempre soñé jugar. La final que a todo el mundo al que le gusta el fútbol espera de una Copa América”, dijo Neymar en un video divulgado por la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) después del entrenamiento.
El 10 recordó que en la final de la pasada Copa América, el 2019, en la que Brasil conquistó el título ante Perú en el estadio Maracaná, le tocó ver el partido desde la tribuna por haber sido separado por lesión antes
de comenzar el torneo.
“Sufrí mucho, hice mucha fuerza. Solo que al mismo tiempo sabía que podría haber estado ahí en la cancha e, infelizmente, por cuenta de una lesión quedé por fuera. Es mi primera final de Copa América y voy con todo para conquistar este título”, manifestó.
Destacó, además, la amistad con el astro argentino Messi, con quien compartió vestuario en el Barcelona. “Siempre lo dije. Es el mejor jugador que vi jugar. Es un gran amigo, solo que ahora estamos en una final y somos rivales. Yo quiero ganar este título, que como él es el primero también. Sé que él ha batallado mucho para un título con Argentina. Si yo no estaba ni estaba Brasil, siempre fui hincha de Argentina”, dijo.
Antes de las declaraciones, el atacante del París Saint Germain francés había publicado en las redes sociales críticas contra los brasileños que le harán fuerza a favor a Argentina. En caso de igualdad habrá alargues y de persistir, penales.
La pandémica Copa América se acaba hoy y en seguida vendrá la evaluación: ¿el torneo fue un fracaso o un éxito? ¿Debió jugarse pese a la realidad sanitaria de Brasil, sede de ultra-emergencia al punto que no hubo tiempo ni para arreglar las canchas y ni siquiera para cambiar el logotipo? Porque, pese al cambio de sede, no se alteraron los colores de Colombia y Argentina, los coanfitriones originales.
En lo institucional, esta Copa ha sido un éxito relativo. No era lo que pretendía la ‘nueva’ Conmebol, que imaginó para el 2020 una competición en dos países, algo inédito, con dos selecciones de la Confederación asiática como invitadas. Por la pandemia se cayeron los calendarios, los invitados, los anfitriones e inclusive algunos patrocinadores. Así que jugarla ha sido un triunfo, pues no hacerlo hubiera significado anularla para siempre (imposible jugarla en el año del Mundial) y perder los millones por derechos televisivos y de auspicios.
De todos modos, el hecho de que no hubiera público en los estadios mermó las expectativas financieras iniciales: con USD 35 millones mejor por la ausencia de hinchas, bajaron los premios para los seleccionados. Pero, incluso así, el campeón recibirá USD 10 millones, que supera a los USD 7.5 de la Copa del 2019.
En lo político, la Copa ha servido para que el presidente brasileño Jair Bolsonaro se pavonee de lo lindo,aunque sin hinchas en gradas y bares, no tuvo resonancia más allá de Twitter.
En lo deportivo, se han visto estupendos partidos , aunque es claro que la Eurocopa superó en emociones a la Copa América. No obstante, el VAR trajo polémica en los dos continentes, incluso en los cotejos de semifinales, en una constante más bien global: la ayuda del video no está siendo adecuadamente utilizada en ningún lado.