El Comercio (Ecuador)

El exjugador uruguayo estará en el país hasta mañana. Se recupera de una depresión con ayuda de los hinchas y excompañer­os. Carlos Berrueta volvió a sentir a la ‘U’ en el corazón

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Cuando Carlos Berrueta habla del título que alcanzó con Liga de Quito en 1990, se le iluminan sus ojos azules. El uruguayo fue una de las principale­s figuras del cuadro universita­rio hace tres décadas y ahora tiene un estatus de leyenda.

Regresó a Ecuador como parte de una terapia que se autoimpuso y por la ayuda que está recibiendo de parte de sus excompañer­os. Quiere salir de una profunda depresión que lo llevó a perder su casa y trabajo.

La pandemia lo puso en fuera de juego. Lo intranquil­izó y lo martirizó. El ‘Gringo’ se sentía abandonado. Sin ganas de seguir luchando. Sus primeros síntomas pasaron desapercib­idos. El desánimo, la sensación de abandono y sentirse poco útil empezaron a incrementa­rse hasta que un día se vio desprotegi­do y sin nada en los bolsillos.

“Lo que pasé fue duro. No se lo deseo a nadie. Gracias a Dios tuve la ayuda de mis excompañer­os de Selección, que a las horas de haberles comentado acudieron a mí y me hospedaron en un hotel”, asegura Berrueta en la sala de prensa, justo delante de la foto del equipo campeón de 1990.

Sus compañeros de Liga de Quito y de la Selección uruguaya Sub 20 de 1981 le plantearon tres objetivos que debía cumplir. El más importante de todos era ayudarse a superar la depresión. Después, conseguir dónde vivir y trabajo.

Se solidariza­ron con él. En Quito se organizaro­n campañas para recaudar fondos. Se confeccion­aron camisetas conmemorat­ivas y se realizaron eventos.

Para Berrueta, volver al país fue clave. Sintió el cariño de los hinchas y de sus excompañer­os. Era lo que necesitaba.

“Muchos llegaron a mí a ofrecer dinero para ayudarme, pero yo no aceptaba. Necesitaba algo más. Me faltaba el abrazo, el que alguien me converse y esté conmigo”, asegura.

La fundación Liga 90, presidida por Danilo Samaniego, fue clave para el viaje de Berrueta. En la capital firmó autógrafos, estuvo en reuniones con directivos y recibió un reconocimi­ento de parte de la directiva de Liga de Quito.

El club le entregó una camiseta oficial y pudo recorrer las instalacio­nes del estadio Rodrigo Paz Delgado, donde está una placa con los nombres de los jugadores campeones. Eso sí, no volvió a patear un balón por una vieja lesión de rodilla.

Ahora su ansiedad está en volver a su país. En Montevideo le espera otro reto: montar su propio negocio.

“Con lo recaudado acá en los eventos y lo de la venta de camisetas voy a comprar una camioneta para trabajar. Quiero ser mi propio jefe”, dice entusiasma­do el goleador, que usaba el 5 en la espalda más por cábala que por su ubicación en la cancha. Sus goles de tiro libre son inolvidabl­es.

Además, aprovechar­á para pasar más tiempo con Catalina, la menor de sus nietas. Tiene 2 años y por estos días ha sido clave en su recuperaci­ón anímica. Asegura que se vuelve ‘bobo’ con ella cuando la tiene entre sus brazos.

 ?? David Paredes / el comercio ?? • Carlos Berrueta fue uno de los jugadores más importante­s en el título de Liga de Quito en 1990. Marcó uno de los goles ante Barcelona en el juego que definió al campeón.
David Paredes / el comercio • Carlos Berrueta fue uno de los jugadores más importante­s en el título de Liga de Quito en 1990. Marcó uno de los goles ante Barcelona en el juego que definió al campeón.

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