¿VACUNACIÓN?
REFORMAS A LA LEY ORGÁNICA DE EDUCACIÓN SUPERIOR- LOES
Una importante oferta de campaña del actual gobierno es la de hacer cambios a la Ley Orgánica de Educación Superior, LOES, o emitir una nueva, con los objetivos, entre otros, de eliminar la Senescyt y facilitar el ingreso de bachilleres a las universidades y escuelas politécnicas.
Con mi experiencia de más de cuarenta y cinco años en la docencia y dirigencia en la educación superior me permito contribuir con ciertas ideas:
Ingreso a las universidades: no estoy de acuerdo con su eliminación, por varias razones: no todos los bachilleres tienen la aptitud o deseo de seguir una carrera universitaria; los centros de educación superior no cuentan con los recursos necesarios para triplicar el número de alumnos; la masificación incide en la calidad de la educación; la solución no está en formar mayor cantidad de desocupados con título universitario; propongo sí modificar el actual procedimiento, que cada universidad establezca su sistema de ingreso, preferentemente mediante un semestre académico durante el cual se ayudaría al bachiller, además de nivelar sus conocimientos, a orientar en la carrera a seguir.
Diversificar la oferta académica: mediante una adecuada planificación determinar que profesionales necesita el país para su desarrollo en cinco o diez años y diversificar las carreras intermedias.
Gratuidad responsable: hay el mito de que sólo los pobres y menesterosos ingresan a las universidades públicas, lo cual no es cierto, hay familias de altos recursos que se educan
en estas universidades, por tanto ellos deben pagar los aranceles, cursos y derechos de graduación.
Autonomía responsable de las universidades: aunque está consagrado en la LOES en la práctica no se cumple. Es necesario que se devuelva a las universidades y politécnicas la autonomía académica, administrativa y financiera.
No es posible que un organismo burocrático sea el que defina las materias que se han de dictar; determine el número de horas, el pénsum de las carreras y que modifiquen los programas (sílabos) con cierta frecuencia. C. Wellington Ríos Villafuerte
HAITÍ ¡UNA ALERTA AL MUNDO!
El mundo ha entrado en una ola de violencia, casualmente, en momentos que la izquierda mundial intenta retomar o conservar el poder “como sea”. El asesinato del Presidente de Haití, Jovenel Moïse, debe encender las alarmas en Occidente, pudiera ser un hecho no aislado... es solo una presunción.
Hoy Colombia sufre los embates desquiciados de protestas callejeras sumergidas en una violencia exacerbada, a pesar que la reforma fiscal que la ocasionó fue derogada. Lo mismo ocurrió en Chile donde el aumento del pasaje del metro produjo una oleada de violencia ilógica. Algo parecido tuvo lugar en la Argentina de Macri, Bolivia post Evo, Brasil post Rousseft, España (por los izquierdistas/separatistas) y en el propio Estados Unidos donde, excusados en el asesinato de Floyd, las protestas tomaron otro rumbo, uno político contra la administración de Trump.
Desde el años 2000 hasta 2012 aproximadamente (un poco más) la izquierda en
Latinoamérica basó su advenimiento al poder en lo electoral, patrocinado por los petrodólares de Venezuela, Chávez ideó toda una gran infraestructura regional (y más) donde estos gobiernos zurdos (presuntamente financiados por el chavismo desde candidatos) lograban financiamientos vía ALBA, Celac, Unasur y demás organizaciones internacionales de ese tipo.
Las economías (gobiernos) de esos países recibieron por parte de Chávez (y Maduro) apoyo financiero al facturar miles de millones de dólares en relaciones comerciales que terminaron por destruir el aparato productivo venezolano, el chavismo, por toxicidad ideológica, prefirió importar productos, bienes y servicios que se producían en el país para quebrar a los empresarios/industrias venezolanas, así como para buscar apoyos foráneos incondicionales, como por ejemplo en la OEA, ONU, entre otros. Leandro José Rodríguez
Tengo 66 años, me sorprendió el nuevo Gobierno con la excelente organización con la vacunación un mes atrás, pensé que las cosas habían cambiado, hoy al tratar de darme la segunda dosis en la Universidad Politécnica Salesiana me encontré con una desorganización total, comencé una cola desde la avenida 12 de Octubre, en donde no había diferencias entre los de la primera y segunda dosis, ninguna diferencia para tercera edad o embarazadas, ninguna información, menos distanciamiento social, realmente me he cuidado en todo este largo periodo de pandemia, espero no haberme contagiado en este desastre organizado por algún cerebrito burócrata del Ministerio de Salud. Marcos Irrgang