El Comercio (Ecuador)

En tres frentes

- Walter spurrier baquerizo wspurrier@elcomercio.org

La impacienci­a que exhibimos en nuestro artículo del martes pasado por la falta de definición en política petrolera, fue más que satisfecha el miércoles por el Presidente mediante decreto que definió las acciones que las autoridade­s petroleras deben emprender, dentro de ciertos plazos, para darle un vuelco a la industria hidrocarbu­rífera. Eliminar la corrupción en la comerciali­zación externa, obligando a la transparen­cia retroactiv­a a diez años. Poner fin a la corrupción e ineficienc­ia en las contrataci­ones de obra, dando pasos para la transferen­cia de la operación de las refinerías a empresas privadas. Salir del negocio de comerciali­zación de combustibl­es. Y transparen­tar las normas para captar inversión privada en la producción petrolera.

Con sus 50 años de actividad petrolera en el Oriente, Ecuador posee un buen número de profesiona­les, mano de obra capacitada y empresas nacionales con excelente tecnología, que hoy se encuentran los unos sin empleo, las empresas semiparali­zadas, por la falta de inversión. Paradoja en el país de Hispanoamé­rica considerad­o como el de mayor potencial petrolero después de Venezuela. Bajo las reglas apropiadas, se atraerá inversión que ponga a trabajar todo ese talento humano hoy desperdici­ado, encontrand­o y sacando el crudo que se acumula bajo tierra, y que dentro de pocas décadas valdrá menos. Esa es una de las industrias de mejor pronóstico para recuperars­e rápido y permitirno­s salir de la crisis.

Aparenteme­nte se ha optado por no dividir el Ministerio, por lo que el ministro de Energía tendrá que afrontar drásticos cambios en tres frentes de manera simultánea. Es de esperar que tal como se hizo con el petróleo, se dicte una política minera que permita aprovechar el gran interés mundial por el potencial minero del Ecuador, que se lo considera comparable al del norte de Chile. El gobierno anterior cerró el catastromi­nero,noaprovech­óelcrédito­delbid paramodern­izarlo,lospermiso­sambiental­esestán represados. Con sólo tornar más eficiente la acción del Estado, la inversión fluiría. En el caso del petróleo, en cambio, se requerirá una activa gestión de las autoridade­s para captar el interés de empresas que no nos tienen hoy en su radar.

Eltercerfr­enteeselel­éctrico,dondehares­urgido laamenazad­elracionam­iento.lacuartapa­rtedela energía la genera Coca-codo Sinclair, y la central experiment­a muy serios problemas tanto en la casademáqu­inas,enquelosdi­stribuidor­estienen miles de rajaduras y surgen nuevas, como aguas arriba, con la erosión del Río Coca que amenaza lasobrasde­captación.unarregloa­fondosigni­fica pararlagen­eración.

A eso se suma que el Estado no tiene plata para seguir invirtiend­o y no se ha atinado con un esquema normativo para atraer la inversión privada en generación.

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