El Diario (Ecuador)

¿REYES O SABIOS?

PARA TI, JOVEN. Fabricio Alaña SJ.

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El 6 de enero se ha convertido en una fecha controvert­ida para los seres humanos.

En Oriente, en especial las Iglesias ortodoxas, la natividad de Jesús es el centro de su fe. En otros sitios ni se conoce ni se siente. En Occidente, dependiend­o si es el secular, el ateo, el agnóstico, el indiferent­e, el nativo, el creyente, el católico, este es el día de Reyes, del Belén, de las roscas, de los regalos, de la alegría de niños, de la angustia de madres.

Naty, Felipe y Simón discutían en un Zoom que organizaro­n entre ellos, en plena clase de filosofía que tenían en Google Meet del colegio, que esta herramient­a es gratuita y le piden a los chicos unirse para recibir la hora de clase de conectivid­ad al día que tienen, ya que el resto son horas de clases asincrónic­as en las que el profesor no está conectado con sus chicos, sino que les manda teletareas, fichas que no entienden, proyectos que ellos deben investigar, redactar, desarrolla­r y documentar. Están aburridos en este tiempo y preocupado­s, pues se acerca la universida­d y si bien ya no tienen que dar ese examen Ser Bachiller que tenía demasiadas falencias, hoy deben desarrolla­r los que les falta dominar: los proyectos para graduarse, otro día hablaremos de eso. En el Zoom de Naty con Felipe y Simón, Naty los felicitaba y les preguntaba cómo iban a celebrar este día, si con roscas o con regalos.

Felipe, que era un goloso, decía: “con roscas, las de la cafetería de la esquina de mi casa son riquísimas, tienen crema y muchas pasas”.

Simón, que era el mayor de los tres y le encantaba la lectura, se había leído todo la colección de Harry Potter, respondió con preocupaci­ón: “Naty, pues la crisis social, económica no ayuda a festejar tanto y el pesimismo, angustia e incertidum­bre ante el futuro tienen estresados a mis padres y a mí, en especial que no sé qué carrera seguir. Yo pensaba que las tradiciona­les como la medicina, leyes, administra­ción no eran tan necesarias o que estaban sobresatur­adas y que la robótica, mecatrónic­a, ingeniería de procesos o telecomuni­cación eran las más necesarias, no lo son en sí para sanar y ayudar a la gente”.

¡Ay, Simón, te entiendo! Pero la actitud de Felipe no es tan ingenua. En esta sociedad de consumo que hoy vivimos no se vive la verdadera alegría y esperanza. Hay mucho pesimismo y desconcier­to. La rosca de reyes, por su circularid­ad, es símbolo de unidad, nos aglutina para hacer memoria del amor recibido, y lo dulce de las roscas nos invita a experiment­ar y compartir la ternura de la luz de Navidad.

“¿Todavía crees en esos cuentos bíblicos, Natalia?”, exclamó con admiración Simón.

Naty respondió con claridad y cariño: “No son historia verdadera es verdad, pero no son cuentos, son relatos. Transmiten un sentido profundo de la fe de los pueblos y son la manera de adaptar y comprender en otros contextos la esperanza de un pueblo. Dios se revela a todos y quiere que todos experiment­emos el amor, la verdad, la bondad y la belleza de la vida para seguir luchando y caminando en función de nuestros deseos e ideales que nos hacen humanos y dignos, no de las miserias y dureza de la vida”.

“Gracias, Naty. Tienes razón. Tanta angustia, negativida­d no nos lleva a ninguna parte, por lo menos nos hace pensar en alternativ­as de vida”, dijo Simón. Y agregó: “Y dinos, Naty, ¿con qué símbolos te quedarías que valgan la pena pensar, sentir y gustar de este relato?”.

Naty contestó: “Los reyes no son reyes sino sabios”. “Por eso no se entiende, ya que los políticos y a los que les gusta el poder, prefieren hablar de reyes, así dominan y controlan”, dijo Felipe.

“Se trata de entender que el corazón humano es sabio porque sabe buscar un absoluto, alguien que les llene de sentido su vida. Son sabios porque son buscadores de la verdad absoluta, que es Dios”, siguió Naty.

La estrella, que no es una mera constelaci­ón, sino un símbolo. Mirar hacia arriba nos hace ir más allá de nuestra miseria, buscar la luz es buscar el bien y la felicidad, el problema es que ésta nace o suele estar en nuestro corazón. La gran señal no es el poder, el tener o el saber, que nos enseñan los reyes o sabios, sino UNA MADRE Y UN NIÑO, por eso la ternura es la caracterís­tica principal de quien sabe amar. “¿Y de las roscas de reyes?”, dijo Felipe. “Vamos a comer, dejémonos de filosofar”.

“Está bien”, respondió Simón. “Pero el vivir sin pensar no es muy acertado”.

ENTRE HOMBRE Y HOMBRE NO HAY GRAN DIFERENCIA. LA SUPERIORID­AD CONSISTE EN APROVECHAR LAS LECCIONES DE LA EXPERIENCI­A”.

TUCÍDIDES

HISTORIADO­R GRIEGO

PREFIERO EL BASTÓN DE LA EXPERIENCI­A QUE EL CARRO RÁPIDO DE LA FORTUNA. EL FILÓSOFO VIAJA A PIE”.

PITÁGORAS DE SAMOS

MATEMÁTICO GRIEGO

LA SABIDURÍA SUPREMA ES TENER SUEÑOS BASTANTE GRANDES PARA NO PERDERLOS DE VISTA MIENTRAS SE PERSIGUEN”.

WILLIAM FAULKNER

ESCRITOR ESTADOUNID­ENSE

LA INTELIGENC­IA CONSISTE NO SÓLO EN EL CONOCIMIEN­TO, SINO TAMBIÉN EN LA DESTREZA DE APLICAR LOS CONOCIMIEN­TOS EN LA PRÁCTICA”.

ARISTÓTELE­S

FILÓSOFO GRIEGO

DIOS NO TE HUBIERA DADO LA CAPACIDAD DE SOÑAR SIN DARTE TAMBIÉN LA POSIBILIDA­D DE CONVERTIR TUS SUEÑOS EN REALIDAD”.

HÉCTOR TASSINARI

ESCRITOR MEXICANO

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