‘¡MALDITO MARTES 13!’
MANTA. UNA MADRE SE HABÍA ENCERRADO CON CANDADO EN SU CASA POR SEGURIDAD, PERO LA VIVIENDA SE INCENDIÓ Y YA NO PUDIERON SALIR.
Una familia murió calcinada en un incendio. Sus vecinos trataron de auxiliarlos, pero las llamas fueron más rápidas.
Los cuerpos de Yuletsy Yamilet Mosquera Zambrano (22), y sus hijos: Yeniquer Andrés Cedeño Mosquera (5) y Johanna Saralith Cedeño Mosquera (3) fueron encontrados debajo de una cama, calcinados.
Ellos murieron en el incendio de una casa en el barrio Urbirríos Dos, en Manta.
Eran las 16h00 de ayer cuando los vecinos vieron salir humo de la casa de Yuletsy y casi al instante el fuego la cubrió por completo.
Unos llamaron a emergencias, otros corrieron con baldes con agua para intentar apagar las llamas, pero nada se pudo hacer. El fuego no permitió que nadie entrara a socorrer a Yuletsy y sus hijos que, desesperados, imploraban ayuda a gritos.
La casa se consumió por completo. Las voces que provenían de ella se apagaron.
La explosión de un cilindro de gas acabó con la esperanza de los vecinos de que alguien hubiera sobrevivido.
Ellos querían estar equivocados y pensar que las voces que oyeron no eran reales. Por eso se quedaron hasta que los bomberos extinguieran las llamas.
DOLOR. Juan Carlos Vargas, miembro del Cuerpo de Bomberos de Manta, informó que durante la labor de combate contra el fuego localizaron los tres cuerpos y allí no quedó dudas. Al parecer las víctimas se metieron debajo de la cama para resguardarse, pues los hierros del colchón estaban sobre ellos. Uno de los niños estaba cerca del cuerpo de su madre, el otro se hallaba unos 75 centímetros más allá. Ya no había humo cuando el padre de los niños y esposo de Yuletsy llegó a la casa. Él es albañil y estaba trabajando cuando se enteró de todo.
Se quedó de pie, llorando mientras sus conocidos trataban de consolarlo. Su hogar, su esposa, hijos y su carro estaban convertidos en cenizas frente a sus ojos.
“¡Maldito martes 13!”, exclamó un hombre que estaba cerca de él.
Agentes de Medicina Legal taparon con una manta los cuerpos calcinados y uno por uno los subieron a un carro para llevarlos a la morgue. El ambiente olía a humo, pero también a desazón y dolor.
La vivienda donde ocurrió el incendio solo tenía una puerta, la principal. Tenía cadena y candado desde adentro. Así la encontraron las unidades de socorro cuando llegaron al sitio.
Los vecinos creen que la mujer se acostó a descansar con los niños y por seguridad se encerró en la casa, pero el incendio los sorprendió y no les dio tiempo de salir.
La familia vivía desde hace siete años en un sector de Urbirríos Dos, que está ubicado en el fondo de una quebrada. En el lugar no hay servicios básicos y las calles son de difícil acceso, dijeron los vecinos.