VIO SERES DE LUZ Y UNA VOZ LE PIDIÓ VOLVER
→ PORTOVIEJO. TRAS UN ACCIDENTE DE TRÁNSITO, ENRIQUE BRIONES QUEDÓ INCONSCIENTE POR DOS MESES.
Enrique Hermindo Briones Quiroz (50), a quien amigos y demás conocidos llaman ‘Bocha’, tuvo una experiencia que lo marcó para siempre.
Esto fue tras sufrir un accidente de tránsito, poco antes de extenderse la pandemia.
La noche del 23 de febrero del 2020 ocurrió el accidente, en la vía que conduce hacia Picoazá por la laguna de oxidación. Llovía en Portoviejo.
Como todas las noches, él iba en bicicleta hacia la casa de familiares, cuando fue atropellado por un carro que lo arrastró unos 50 metros.
El escape del vehículo le produjo quemaduras que le dejaron una ancha cicatriz entre el tórax y abdomen, por la que debió recibir un doloroso tratamiento.
Eso, además de otras heridas que lo dejaron postrado durante meses.
Si uno le pregunta ahora no recuerda nada, y tampoco que sintiera ningún dolor, ya que perdió el conocimiento.
“Medio recuerdo que escuché el ruido. No me acuerdo de nada”, dice.
Después de unos dos meses recobró la conciencia, pero siguió sin recuerdos del momento del accidente y de las heridas que sufrió, aunque luego debió afrontar un largo tiempo de recuperación, que incluyó duras sesiones de rehabilitación.
Amante del fútbol (aunque desencantado del nivel que muestran muchos equipos en la actualidad), uno puede sorprenderse cuando comienza a señalar fechas exactas de campeonatos ganados por planteles nacionales y extranjeros, como también las formaciones de los mismos.
Ha sido siempre un hombre de trabajo, que tuvo varias ocupaciones a lo largo de su vida, y actualmente hace guardia en una urbanización, aunque dice que no le vendría mal un empleo formal.
“REGRÉSENLO”. Fue en el tiempo que pasó inconsciente que tuvo una experiencia especial, de la que hizo conciencia luego de que empezaron a fluir a su mente los recuerdos. Explica que vio a Jesucristo “y dos ángeles a cada lado, resplandecientes. Jesucristo estaba sentado en su trono. Yo le escucho decir ‘este señor aquí no hace nada, regrésenlo abajo, que no es el tiempo de él ahora’”.
Sobre esto refiere: “yo lo he conversado como con quinientas personas, y si me creen diez, es mucho”. ¿Y cómo se sintió en ese momento? “Aliviado”, asegura.
Estuvo hospitalizado en Guayaquil “en plena pandemia”, señala. Actualmente indica que ha recuperado su forma física habitual, la de un hombre delgado y a la vez tonificado.
Al principio no podía moverse por sí mismo, pero poco a poco pudo volver a hacerlo, y hoy camina normalmente.
“En octubre del año pasado empecé a caminar de nuevo, pero fue full terapia, todos los días”, recuerda.
Cuando se le pregunta si cree que ha sido un milagro el haberse recuperado, luego de un accidente así, él responde que: “También es fuerza de voluntad. Yo (antes) alzaba pesas, con un amigo trotábamos. Ahora camino bastante también”.
“Aquí en el hospital (en Portoviejo) dijeron que su estado era delicado, y lo derivaron al hospital Abel Gilbert de Guayaquil, y allá le tuvieron que hacer una traqueotomía”, explica una familiar, quien dice además que Enrique Briones sufrió múltiples golpes, algunos en la cabeza. La hospitalización se extendió por unos dos meses. Sobre la recuperación, la familiar acepta que ha sido algo impensado.
“Mucha gente lo dice, fue un milagro; porque el carro lo arrastró. Tuvieron que levantar el carro para sacarlo de abajo, junto con la bicicleta. Sufrió bastantes heridas, que tardaron meses en curarse”, precisa. Luego siguió un largo período de rehabilitación para que pudiera volver a caminar, y los familiares ayudaron como pudieron. “Cada seis meses le toca un control”, indica. Y refiere que Enrique les ha contado varias veces lo que, asegura, él vivió cuando estuvo inconsciente.