El Diario (Ecuador)

‘EL TAXISMO SE VOLVIÓ PELIGROSO’

“Caterva” • Es conductor profesiona­l. UN PASAJERO MOLESTO POR EL VALOR DE LA CARRERA LO AMENAZÓ CON UN ARMA.

- Redaccion@eldiario.ec

Wilter es un taxista conocido por sus amigos como “Caterva”. Pasó el susto de su vida cuando lo apuntaron con un arma.

Pide que no se publique su nombre completo, pero sí el apodo con el que lo conocen todos: “Caterva”. Wilter tiene 50 años, de los cuales lleva más de una década en la labor de taxista. Y, como muchos, tiene sus historias.

En un viaje, un “cliente” que no quería pagar el valor de la carrera lo apunto con un revólver. Sintió miedo, pero por suerte no pasó a mayores.

Esto sucedió hace cuatro semanas en la ciudadela Colinas de Los Ceibos, más conocida como “Ciudad Perdida”, en Portoviejo.

¿Cómo se dieron los hechos?

Había salido a trabajar como todos los días, esperando hacer muchas carreras.

Había dejado a unos pasajeros por la terminal terrestre y al circular por los exteriores de la Fiscalía, en la calle Sucre, una mujer y un adolescent­e me hicieron parar.

AÑOS

TIENE EL TAXISTA, QUIEN LLEVA MÁS DE DIEZ AÑOS DEDICADO AL TRABAJO COMO TAXISTA.

El menor llevaba una bicicleta, la cual le ayudé a guardar en el portamalet­as, pero inesperada­mente un hombre se subió en la parte delantera.

Hasta ese momento no vi nada extraño, pero después de dejar a la mujer en la ciudadela Fabián Palacios, el hombre y el menor pidieron que los llevara a la “Ciudad Perdida”.

Al llegar no me quisieron pagar el valor que habíamos acordado. Me puso un billete tras una discusión y luego sacó el arma para intimidarm­e.

¿Tuvo miedo?

Traté de no demostrar el temor, pero no me quedó más que salir rápido del lugar para evitar que me dispararan.

Después de agradecer a Dios por protegerme, ahora trato de ser meticuloso.

¿Cuál fue la reacción de su familia?

La verdad que aún no le he contado a mi esposa sobre lo sucedido porque ella siempre está con temor de que algo me suceda.

Este trabajo desde hace años se volvió peligroso, pero hay que llevar el sustento al hogar.

Sobre su experienci­a, ¿qué les aconsejarí­a a otros taxistas?

Que a veces es preferible perder una carrera cuando uno observa que el pasajero tiene apariencia peligrosa o pide ser llevado a lugares conflictiv­os. La vida no tiene precio.

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