Cómo reconocer los diferentes tipos de lesiones
Las lesiones en las articulaciones se clasifican en deportivas y degenerativas.
Las lesiones deportivas se generan después de lesiones agudas, crónicas o de uso excesivo de una actividad deportiva. Para evaluar el nivel de este tipo de lesiones es necesario obtener un historial completo del paciente, así como examinar la zona afectada para determinar la gravedad de la lesión. Las lesiones deportivas abarcan una amplia variedad, entre las cuáles se destacan: Torceduras y distensiones; Lesiones de rodilla; Inflamación muscular; Traumatismos en el tendón de Aquiles; Dolor en el hueso de la tibia; Lesiones del manguito rotatorio del hombro; Fracturas (huesos rotos) y Dislocaciones.
El Instituto Nacional de Artritis y Enfermedades Musculoesqueléticas y de la Piel de Estados Unidos (NIH), explica que el tratamiento para este tipo de lesiones suele comenzar con el método RICE (la abreviación de reposo, hielo, compresión y elevaciónpor sus siglas en inglés) con la finalidad de aliviar el dolor, reducir la inflamación y acelerar la curación. En algunos casos el tratamiento requiere la inclusión de analgésicos, inmovilizar el área lesionada, rehabilitación, o incluso cirugía.
Las lesiones degenerativas, en cambio, se relacionan directamente con el uso y exceso de actividad física a lo largo de los años. Este desgaste se produce en los cartílagos, ligamentos y tendones.
En estos casos, por lo general los pacientes suelen ser de edad avanzada, y acuden a la consulta por el dolor en sus articulaciones o la falta de movilidad en ciertas zonas.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las principales patologías degenerativas articulares son tres: Artrosis: Su causa más común es el desgaste articular, un proceso en el cual se destruye el cartílago articular.
Inestabilidad articular: los ligamentos se vuelven flexibles lo que genera que los músculos tengan que trabajar más para controlar la articulación, provocando sobrecarga y contracturas.
Lesiones tendinosas: Estas se producen por el desgaste de los tendones, provocando dolor e inflamación.
Para evitar este tipo de lesiones es importante adaptar una rutina previa, durante y después de la actividad física.
Posteriormente se debe realizar un estiramiento.
Finalmente, al acabar la actividad física, se debe hacer el conocido “enfriamiento”, que es el descenso progresivo de la actividad hasta detener por completo el ejercicio. (REM) (I)