El Mercurio Ecuador

Una historia diferente

- Estéfani Chalco Salgado

Un grupo de niños: Joaquín, Nicolás, Felipe, Paola, Kayla, Victoria, Mauricio, entre otros, despiertan cada día con una ilusión única e infinita. Algunos quieren reforzar su aprendizaj­e de lectoescri­tura, otros anhelan aprender a preparar la nueva receta de galletas en el taller de arte culinario. Muchos buscan ese tiempo especial entre amigos jugando al balón, pero también hay quienes prefieren plasmar colores en lienzos a través del arte o cantar y bailar; y otros tantos, observan y escuchan en quietud el paso del tiempo y la vida.

En distintos momentos, hacen danzas con sus manos, como si jugaran con hilos invisibles cerca de su rostro, suben y bajan sus dedos con cierto estilo de ballet. Se concentran y de la nada, ya hicieron un nuevo juguete. Por ahí vino una de las niñas, y con sus ojos cerrados les dice “adivinemos quién es quién,” (una versión variada del “congelados”). Entonces, uno de ellos da tres pasos a la derecha y otro, libera una risa casi en susurro. La capitana del juego, inmediatam­ente da sus nombres sin equivocaci­ón y sin mirar ni un solo rasgo de ellos, pero eso sí, se guía únicamente por el sonido del caminar del primer niño, pues sabe ya con qué fuerza pisa, y al segundo, lo encontró por la memoria de la voz.

A uno de ellos le encanta correr, y ha mostrado ya su don de velocidad. Sabe que deberá entrenar mucho si quiere que lo lleven a la próxima competenci­a internacio­nal. Esta es una gran motivación para el resto de sus compañerit­os.

Hoy, todos son felices con cada detalle y momento que reciben. Mamá y papá, o algún tutor, se preocupan por su futuro porque saben que no será fácil. Guardan esperanza de que aquel que lee y escribe, aprenda inglés y trabaje como traductor en algún museo cuando sea adulto. Que los artistas consigan posicionar­se con una marca de alimentos propia o una propuesta de arte visual reconocido. Que el deportista sea medallista en los próximos Juegos Paralímpic­os.

Hoy, desde 1992, es el Día Internacio­nal de las Personas con Discapacid­ad. Quizá uno de los mayores anhelos para cada una de estas personas, es lograr una verdadera inclusión. Que este día sirva para sensibiliz­ar sobre nuestras acciones hacia y con ellas, pero más aún, que nos permita generar, para quienes tienen capacidade­s diferentes, una historia diferente. (O)

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