El abuelo nos comenta: El cuidador o cuidadora del paciente adulto mayor
Una situación problemática en la atención al paciente adulto mayor, sobre todo en enfermedades crónicas o de prolongado estado de dependencia, es el denominado: síndrome de agotamiento laboral, estrés relacionado con el trabajo o síndrome de burn out (síndrome del trabajador quemado), un estado de agotamiento físico o emocional que también implica una ausencia de la sensación de logro y pérdida de la identidad personal que suele sufrir el cuidador, en especial de la cuidadora informal en el seno de la familia, aunque también de los asistentes personales y de cuidadores profesionales, a domicilio o institucionales.
Es consecuencia de la sobrecarga de tareas, la pérdida de control emocional y de la autoestima, la inexistencia de apoyos y de motivación, la falta de formación adecuada, la frustración, la falta de percepción de utilidad de los cuidados y otros factores.
En ocasiones coexiste o es resultado de la denominada claudicación familiar, esto es, de la incapacidad de los miembros de una familia para ofrecer respuestas adecuadas a las demandas o necesidades de otros miembros de la familia, en este caso del paciente adulto mayor, bien porque ya no pueden cuidarlo adecuadamente, bien porque el coste (emocional, personal, familiar y económico) es desproporcionado. La mala gestión o la falta de soluciones generan abandono emocional del paciente adulto mayor y deterioro o la ausencia de cuidados, así como sufrimiento del propio paciente y de la familia. En casos extremos puede incluso desembocar en malos tratos o abusos.
Como ayudar al cuidador o cuidadora del paciente adulto mayor para evitar el agotamiento:
1.Utilizar una estrategia, llamada de “respiro para el cuidador”, alternando con otro profesional o persona que colabore en las noches, el poderles brindar un descanso los fines de semana, etc.
2. Hablar sobre la importancia de la salud mental y brindar un asesoramiento psicológico.
3. Respetar la confidencialidad y privacidad
4. Enseñar al cuidador como estar mentalmente sanos, brindar una tarjeta de regalo, tiempo de descanso adicional, algunas horas de vacaciones pagadas o que pueden retirarse más temprano, brindar un refrigerio en su jornada de trabajo, ofrecer una sala de descanso, para que la persona cuidadora sepa que tiene valor, que se aprecia su trabajo. No todo se basa en la compensación monetaria.
5. Detectar oportunamente problemas de salud, de estrés, de cansancio, de agotamiento y brindar el descanso debido y el apoyo profesional respectivo.
Es fundamental tener presente que el cuidar a una persona adulta mayor no es una tarea fácil, que es una actividad agotadora y que merece la capacitación permanente, la mayor comprensión a dicha actividad, de poseer una gran paciencia y tolerancia, de un buen conocimiento de las técnicas recomendadas para el cuidado del paciente, de las estrategias adecuadas para que conlleven a una óptima actividad con calidez, eficiencia, eficacia y humanismo. (O)
Saúl Chalco Quezada Concejo Consultivo Nacional de Personas Adultas Mayores